La designación de una persona por razones políticas no es ninguna novedad, ni en la UNCUYO ni en otras reparticiones. Recuerdo que, cuando fui designado Delegado Interventor de la Escuela del Magisterio, en 1973, recibí alguna llamada consultándome si no había algún cargo para designar a una persona. Nunca fui muy asequible para ese tipo de designaciones, así que nunca las acepté, pero lo menciono como ejemplo de una práctica tradicional.
Por lo tanto, no me extrañó la Nota de Política del Diario Los Andes del 26/8/2019, salvo por el hecho de que estas cosas no suelen comentarse mucho en un medio que hoy apoya al oficialismo provincial. La UNCuyo tiene un Rector que ha manifestado explícitamente su respaldo al macrismo, hasta el punto de que se han planteado cuestionamientos formales a que el Ing. Pizzi haya comprometido un apoyo institucional que no corresponde.
El Rector Pizzi estuvo siempre bajo la influencia de Cornejo desde su campaña en el 2014, en la que recibió su fuerte apoyo, así como de la UCR provincial. Por esta razón, el Gobernador tuvo que ver –incluso antes de llegar a serlo- con la designación de los funcionarios del Gobierno de la Universidad, y de las Facultades con Decanos que lo acompañaban.
No daré nombres, ni detalles, porque es historia vieja, y de última, la decisión estaba entre las atribuciones del Rector. Sin embargo, en las gestiones anteriores, el criterio había sido distinto: se valoraron la capacidad y condiciones demostradas dentro de la Universidad, más allá de su pertenencia política. En el Área de Vinculación que estuvo a mi cargo, las designaciones se hicieron por medio de convocatorias abiertas y de selecciones por antecedentes y capacidad. El mismo Ing. Pizzi, que había sido funcionario en la gestión del Ing. Cobos, fue nombrado Secretario de Desarrollo Institucional, y, a partir de ahí construyó su candidatura a Rector, cargo en el que fue a contramano de muchos criterios que signaron la gestión anterior, y que debieron ser contnuados.
El listado de Los Andes demuestra lo que digo, aunque haya algún ejemplo de otra procedencia política.
La UNCuyo tiene una buena historia de convivencia política. De hecho, las fórmulas Gómez de Erice – Somoza y Somoza – Kent (fallecido en funciones en el 2011), eran de peronistas y radicales. Fueron convivencias no siempre fáciles, pero productivas y buenas para la institución. En gran manera, eso se perdió, aunque en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales haya un buen ejemplo de Decana y Vice de distinta procedencia política.
Lo que sí no es bueno para la institución es la incorporación, no de funcionarios, sino de agentes por razones políticas. Hablo no solo de administrativos, sino de personal técnico, y aun profesional. El Rector ha sido sensible a las presiones recibidas, y esto es una debilidad institucional.
Tampoco ha sido bueno que varios funcionarios de Pizzi hayan usado a la UNCuyo como trampolín político para posteriores designaciones en ámbitos provinciales y, sobre todo, nacionales, bajo el Gobierno del Ing. Macri.
En conclusión, quiero destacar que todo este proceso a que aludo en la nota y que he pormenorizado en mi blog, no ha sido positivo para mi querida UNCuyo, y que debiéramos empezar a pensar –y actuar en consecuencia- en una futura gestión que refleje toda la riqueza universitaria, con amplitud y sin sectorizaciones, porque Mendoza necesita una Universidad así.
Incorporo la nota casi completa, y el link para que puedan consultarla:
Una veintena de ex funcionarios ocupan cargos en la UNCuyo
Algunos tienen cargos rentados y otros forman parte de los consejos directivos o Superior, ad honorem.
Una veintena de ex funcionarios ocupan cargos en la UNCuyoHugo Duch, Alejandro Gullé, Claudia García y Ernesto Espeche.
Por Daniel Peralta – dperalta@losandes.com.ar
Contrariamente a lo que se cree, en la Universidad Nacional de Cuyo se hace mucha política. Los ciudadanos de a pie suelen creer que la pasión por la rosca no encaja con la reflexión académica, pero nada más lejos de la realidad. Hay grupos que se alían de acuerdo a intereses más o menos concretos para construir candidaturas a los decanatos de las facultades y en el rectorado; es decir, hay rosca.
Para el observador avezado es fácil reconocer los nombres que aparecen no sólo en cargos ejecutivos, sino también en los consejos directivos de las facultades y el Consejo Superior del rectorado. Nombres que tuvieron o tienen participación política afuera de la UNCuyo. Todos despuntan el vicio de hacer política y conquistar un poder no menor: el de la universidad más grande de Mendoza.
De entrada, en la misma cabeza de la casa de estudios está Daniel Pizzi, quien fuera subsecretario de Agricultura en el gobierno de Julio Cobos. El rector no es un poblador habitual de los comités radicales ni un militante en el sentido clásico, pero sí es un profesional con el corazón cercano al partido de Leandro Alem.
Entre los colaboradores de Pizzi hay algunos nombres ligados al radicalismo. El más obvio por lo reciente del pase es el de Guillermo Cruz, quien era subsecretario de Industria y Comercio del gobierno de Alfredo Cornejo y pasó a la UNCuyo en agosto de 2018, cuando Pizzi asumió su segundo mandato.
Otro profesional ligado a gestiones radicales es el actual secretario Económico y de Servicios Héctor Smud, quien fue gerente de Pro Mendoza en los gobiernos de Roberto Iglesias y Cobos.
En el Consejo Superior de la UNCuyo (todos los miembros son ad honorem) están Hugo Duch, ex director de Escuelas de Felipe Llaver y Roberto Iglesias, y el ex candidato a diputado nacional K Juan Carlos Aguiló.
Cómo representante de los graduados, en el Consejo Superior aparece el actual director de Administración de Desarrollo Social del Gobierno, Gustavo Montoya.
En las facultades
Hay facultades con más participación política que otras. Se hace política en todas las unidades académicas, pero sólo algunas proyectan más dirigentes a la arena política provincial.
Hay que recordar que todos los cargos electivos de la universidad corresponden a la representación por claustro: hay docentes, alumnos, egresados y personal no docente en los consejos Superior y directivos; todos ejercen ad honorem.
Decanos y el rector se eligen por voto ponderado de todos los claustros (“ponderado” significa que los votos de los alumnos -sin duda mayoritarios- no valen lo mismo que los de los otros claustros).
Por este juego democrático es que siempre se hace política en la UNCuyo; se rosquean alianzas entre grupos para alcanzar la conducción de la universidad y de las facultades.
Sin embargo, hay algunos protagonistas de ese juego político que han tenido o tienen experiencia fuera de allí.
El caso más llamativo se da en el Consejo Directivo de Ciencias Económicas. Allí fue electo por los graduados el actual coordinador de gabinete del Gobierno provincial Andrés Lombardi, quien además es el operador de Alfredo Cornejo en el Comité Nacional de la UCR, que preside el gobernador mendocino.
En el decanato de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales hay una mujer que también se desempeñó en el gobierno de Cobos: se trata de Claudia García, quien fue subsecretaria de Relaciones con la Comunidad del entonces Ministerio de Justicia y Seguridad.
Hablando de alianzas entre grupos, el vicedecano de García es Roberto Roitman, un profesional peronista que, durante un tiempo, en el gobierno de Arturo Lafalla, fue director ejecutivo de Pro Mendoza y asesor ad honorem del Ministerio de Economía, cuando el ministro era Carlos Rodríguez. En 2003 fue precandidato a gobernador bajo el paraguas protector de Adolfo Rodríguez Saá, pero por intervención Juan Carlos Mazzón se bajó y apoyó la candidatura de Guillermo Amstutz. Así se consolidaba el candidato de unidad del peronismo para enfrentar a Cobos.
Entre los funcionarios de esa facultad se cuenta Alberto Monetti, el denunciante del fraude de los tickets Vale Más durante el gobierno de Julio Cobos. Es secretario de Relaciones Estudiantiles.
Yendo a los consejeros directivos (un equivalente al directorio de una empresa, mientras que decano y vice serían como los “gerentes”), hay dos nombres conocidos como consejeros docentes, a ambos lados de la grieta. De un lado, la actual coordinadora general del Ministerio de Economía, Infraestructura y Energía María Teresa Badui; del otro, el actual concejal kirchnerista de Capital -y ex director de Radio Nacional con CFK- Ernesto Espeche. Ambos son suplentes, es decir, van a las reuniones de consejo cuando faltan alguno de los miembros plenos.
La facultad con más nombres “reconocidos” es la de Derecho. En el Consejo Directivo de esa unidad académica, representando a docentes, está el camarista federal Gustavo Castiñeira de Dios, quien también tuvo un cargo en la gestión de Julio Cobos: fue subsecretario de Justicia. Entre los docentes suplentes figuran el procurador de la Corte Alejandro Gullé y el secretario electoral Luis Alfredo Puebla.
En el lote de los suplentes hay otro nombre que en épocas de Cobos tuvo amplio protagonismo: Luis Horacio Cuervo, quien fuera el conjuez que intervino en la pelea por la indexación salarial de los jueces. Curiosidades: en caso de ausencias puede que Cuervo y Castiñeira de Dios se sienten en el Consejo, cuando en aquellos años vivieron momentos de tensión, porque Castiñeira rechazaba la indexación de los salarios de los jueces.
Otro nombre conocido de la gestión provincial es el de Roberto Grillo, que representa a los docentes adjuntos de esa facultad. Fue ministro de Justicia y Seguridad de Cobos y debió renunciar a su cargo por una ola de homicidios, particularmente el de la docente Claudia Oroná.
Entre los consejeros suplentes de los egresados está la subdirectora de Derechos Humanos de la Suprema Corte Eleonora Lamm (área que depende del supremo Omar Palermo, uno de los jueces más combatidos por el gobernador Alfredo Cornejo). Y otra consejera egresada suplente es la secretaria Legislativa de la Cámara de Diputados de Mendoza, Carolina Lettry.
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