Como otras veces, escuché una entrevista a la autora en La Conversación, el programa de radio de Andrés Gabrielli, y decidí leer la novela para hacer una entrada en mi blog. Cuando le vi el tamaño en la librería (son 642 páginas), pensé en el tiempo que me llevaría la lectura, porque no soy lector de tiempo completo por estos días, pero arrugar hubiera sido una cobardía indigna de un profe de Literatura.
Fue una muy buena decisión.
No había leído El tiempo entre costuras, aunque sabía de la novela y de su éxito, así como el de la serie de tv, así que no conocía a Sira Quiroga, la de las varias identidades, pero he disfrutado mucho su lectura. EL mejor testimonio es que la he leído en tres días, sacándole tiempo a otras actividades, en primer lugar, por el interés que me provocó, pero también porque no hay otra manera de leer una novela larga, como esta, llena de situaciones, personajes, espacios, y mantener la comprensión de la obra.
La escritora la presenta así en su web (https://mariaduenas.es/noticias.php):
«Casi doce años después de su llegada a las librerías, vuelve Sira. Recuperarla para esta novela ha sido fascinante, juntas hemos recorrido escenarios, intrigas y momentos que marcaron una época. Confío en que este reencuentro cautive de nuevo a todos los que disfrutaron El tiempo entre costuras.»
En una entrevista en Clarín (https://www.clarin.com/viva/maria-duenas-habla-sira–nuevo-libro-evita-personaje_0_iHZHeUjKd.html) habla de Sira antes y ahora:
“Pasaron casi doce años y, a partir de mi fascinación por Tánger (uno de los escenarios importantes en El tiempo…), le di una oportunidad a Sira.
– ¿En qué cambió el personaje y en qué cambiaste vos desde la publicación de esa primera novela?
-Sira ha crecido, ha madurado, vive nuevas aventuras, pero las lleva de distinta manera. Tiene treinta y pico: ya no es una jovencita ingenua; tiene otras prioridades, para mí gusto es más atractiva.”
Es cierto, Sira es muy atractiva, además de valerosa, exitosa en lo que se meta, inteligente, una heroína que define un estereotipo propio.
Por momentos parece como una súper heroína, pero no molesta en el marco de una novela cuidadosamente elaborada.
Se haría largo el detalle de su personalidad, por momentos paradójica, porque, aunque es fuerte e independiente, casi indestructible, sus afectos llenan su vida, desde antes incluso, para bien o para mal. Son su fuerza y su debilidad, porque los errores que cometió –cuando era una muchachita desvalida- fueron por amor.
¿Qué había sido El tiempo entre costuras?
“… una aventura apasionante en la que los talleres de alta costura, el glamour de los grandes hoteles, las conspiraciones políticas y las oscuras misiones de los servicios secretos se funden con la lealtad hacia aquellos a quienes queremos y con el poder irrefrenable del amor.” (solapa posterior de Sira)
Dueñas habla de nuevos escenarios. ¿Cuáles son?
El tumultuoso y conflictivo Jerusalén en la etapa final del Mandato Británico, el Londres que trata de reconstruirse de la destrucción de la Segunda Guerra Mundial, un Madrid abatido de postguerra, y un Tánger en el que Sira seguirá los pasos de la multimillonaria americana Bárbara Hutton
Por eso, las partes de novela son:
Primera parte Palestina
Segunda parte Gran Bretaña
Tercera parte España
Cuarta parte Marruecos
Algunos han caracterizado la novela como histórica.
¿Qué subgénero literario es este?
El propósito principal de la novela histórica en ofrecer una visión verosímil de los ambientes, tipos y paisajes de una época histórica preferiblemente lejana, de forma que aparezca una cosmovisión realista e incluso costumbrista de su sistema de valores y creencias. En este tipo de novelas han de utilizarse hechos verídicos, aunque los personajes principales sean inventados.
Veamos cómo se dan algunos de sus rasgos en Sira:
Investigación detallada:
El desarrollo de una novela histórica implica que el autor lleve una investigación y documentación de los hechos sobre los que planea situar su obra. En este sentido, debe dominar no solo su habilidad de narración, sino también la información histórica que ha reunido para su construcción. Sin embargo, no se trata de un historiador, sino de un novelista.
Dueñas en la entrevista con Clarín citada antes, dice:
“Me gusta la Historia por curiosidad intelectual y porque soy profesional del mundo de las Humanidades, pero no soy una especialista ni una freaky que se la pase leyendo y reteniendo datos. Me interesa la Historia en la medida en que arroja luz para entender cómo somos. Me documento a fondo. Trabajo las coordenadas de tiempo y espacio en donde transcurrieron determinados hechos que afectan de un modo u otro a los protagonistas de mis novelas.”
Esta investigación aparece eficazmente en Sira. La Jerusalén de cuando ha finalizado la Segunda Gran Guerra es manifestada de manera total y podemos vivir y sufrir la dureza de las confrontaciones –nunca terminadas- en Palestina, así como la riqueza de la heterogeneidad que la habita en ese final de la etapa británica. Dueñas describe con detalle, pero sin cansar, ambientes, paisajes, grupos sociales, vestimentas sobre todo (nunca deja de ser la costurera de alto nivel), personas, comidas, todo lo que hace que nos quedemos con una imagen vívida del lugar en que suceden los hechos, tanto que los sentimos con gran intensidad.
Lo mismo sucede con los otros lugares en que transcurre la novela.
Hay que tener en cuenta que no es historia, por lo tanto, puede haber deformación de la realidad histórica. Por ejemplo, Amalia de José Mármol es una novela concebida como parte de la lucha de los unitarios contra Rosas, por lo tanto, se pierde objetividad de manera consciente. Sin embargo, el formato novelesco hace que sintamos la realidad con mayor fuerza y riqueza, como ocurre en Sira.
Esto colabora mucho para el desarrollo de otro rasgo: el carácter popular, que es uno de los factores que propiciaron la difusión del género de manera importante, porque es un retrato de la realidad social, así como también de los grupos humanos que la constituyen.
Esto también tiene que ver con el éxito de ventas de las novelas que tienen a Sira Bonnard —antes Arish Agoriuq, antes Sira Quiroga — como protagonista.
Es una buena novela histórica, que es un género muy interesante. Si no lo conocen, esta es una buena oportunidad para hacerlo.
Tengo en claro que en esta entrada solo podré rescatar algunos elementos del mundo de Sira. Espero que la selección que haga sirva para acercarla a los lectores.
En la parte en que Sira va a España, se produce la visita protocolar de Eva Perón a ese país, que aquella acompaña dentro de una misión que se le propone y acepta, como las otras que realiza en las novelas que protagoniza.
Dueñas explica la visita así (Nota de Clarín):
“A sólo ocho años del final de la Guerra Civil, había hambre, represión, miseria. Entonces, el régimen de (Francisco) Franco le dio bombos y platillos a la visita de Eva: actos, shows, agasajos. Cambió la fisonomía de las calles para que ella no viera lo que había realmente. Era noticia todos los días en la prensa, el pueblo salió a recibirla. Detrás de eso había un interés económico. Desde 1946, 47, desde la Argentina llegaba todo tipo de ayuda para España: barcos cargados de cereales, de legumbres, de cueros; en esa época también hubo préstamos financieros. Duró hasta los años cincuenta y tantos. La Argentina fue muy generosa con España.”
Esta visita es narrada con mucho detalle:
“Ha sido subyugante seguir el rastro de Eva Perón para escribir mi nueva novela. Es un personaje poliédrico en muchos sentidos.”
“He ido siguiendo, a través de la prensa española y otras publicaciones del momento, cómo fue el itinerario de Evita por Madrid, cómo se vestía, quiénes la acompañaban, qué le regalaban. Para mí ha sido apasionante esa reconstrucción. En cuanto a las reacciones que provocaba en la Argentina, las comento por arriba, no las valoro porque carezco del criterio como para poder hacerlo. Me limito a poner el foco sobre ella y seguirla en ese viaje por España.”
Sin embargo, pone en boca de Mery, una hermosa mujer con la que Sira comparte la última noche en Madrid, la siguiente frase:
“Cuéntelo en la BBC, para que se entere el mundo … Diga a través de sus micrófonos que Evita es única y pasará a la historia. Cuando de usted, de mí y de las bobadas de mi marido no haya quien se acuerde, cuando la gloria de Franco se haya convertido en humo y todos los que ahora le adulan no sean más que sombras, la memoria de Eva Perón seguirá perviviendo.”
A Dueñas, como suele sucederle a los europeos, le cuesta comprender a los populismos latinoamericanos como el peronismo, porque sus experiencias de los populismos son otras, aunque es muy respetuosa y evita juicios de valor de lo que no conoce bien, pero esta conclusión sobre Evita es clara, real y terminante. Incluso el mismo Franco tiene que tragarse lo que Evita decía que se parecía mucho a lo que decían los republicanos con los que había luchado en la Guerra Civil. Dueñas lo cuenta así:
“En un país absolutamente dividido, Evita decía, por ejemplo, que no quería que nadie quedara fuera de las coberturas sociales, mientras que Franco no tenía la menor misericordia con aquellos que habían perdido la guerra.”
¿Es feminista?
Me parece válida su autodefinición:
“-Intento escribir con mi mirada de mujer. Es muy fácil decirlo ahora, porque eso se valora enormemente y todo lo que venga de nosotras es bienvenido, aceptado y celebrado, diría.”
Esto es original, y vale, y enriquece la lectura.
A esta altura la pregunta que me podría hacer alguien es por qué tendría que leer una novela de seiscientas páginas.
Intentaré responderla para cerrar la nota.
Sira es, además de lo que ya he dicho, una novela policial. Hay conflictos, hay suspenso, clímax y desenlace. Son interesantes, aunque –no siempre- válidos. Soy un viejo lector de policiales, y sentí, más de una vez, previsible la resolución del problema, y, eso, en una novela policial es difícil de superar.
Sin embargo, la seguí leyendo porque quería conocer qué le pasaba a Sira y a los suyos, y, sobre todo, quería saber más del escenario: de Londres, de Madrid, y sobre todo de Tánger, porque Dueñas habla de que uno de los motivos para que Sira apareciera fue su “fascinación por Tánger”. No conocía Tánger, pero ahora siento que sí. Si no tuviera otra razón, esa bastaría para pedir que la leyeran.
HÁGANLO
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