Desde que comencé con las entradas políticas y/o político tecnológicas en este blog, manifesté mi interés en colaborar con una comprensión de la realidad argentina e internacional que nos permita tomar mejores decisiones; en este sentido, el tema que da título al libro es clave desde hace un buen tiempo y cada vez más.

Esta capacidad tecnológica que permite a los algoritmos que analizan los Big Data microsegmentar la sociedad y, por lo tanto, saber qué nos gusta y qué no nos gusta, es el medio, que, aunque no nos demos cuenta, nos hace creer que tomamos decisiones libremente, cuando, en realidad, lo hacemos determinados por la información segmentada que nos llega en función de las opciones previas que nuestros clicks activaron y que los algoritmos registran, analizan, y utilizan para filtrar lo que nos llega por nuestro navegador y redes sociales.

Por esto recomiendo la lectura de este libro, aunque requerirá un cierto esfuerzo si nuestra formación en la tecnología de Internet y también en política, sea precaria.

Vale la pena ese esfuerzo, si no, quedaremos a merced de las propagandas, de los bots (robots que trasmiten información maliciosa), trolls y todo desarrollo tecnológico destinado a manejar nuestra vida.

El nombre completo de este libro es:

Big data & Política: De los relatos a los datos. Persuadir en la era de las redes sociales

En Penguin Libros se presenta así al autor:

“Cursó la Maestría Interdisciplinaria en Estudios sobre Servicios de Comunicación Audiovisual (UBA). Diplomado por el Instituto Tecnológico de Buenos Aires (ITBA) en Big Data, se especializa en medios sociales, comunicación política y análisis de datos.

Desde 2011 dirige la agencia digital Menta Comunicación de Argentina. Asesora en Comunicación Gubernamental y Big Data a gobiernos y espacios políticos. Participó de campañas electorales a nivel provincial y nacional.

Es columnista en diversos medios, entre ellos Perfil, C5N y FM Blue. También es docente de Comunicación política de la Universidad Nacional de Tres de Febrero (UNTREF) y de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO).

Coordina el área de Innovación y Desarrollo del Centro de Estudios Metropolitanos de Buenos Aires (CEM). Es miembro de ALICE (Asociación Latinoamericana de Investigadores en Campañas Electorales) y de ASACOP (Asociación Argentina de Consultores Políticos). Big Data & Política es su primer libro.”

Es de 2019, por lo tanto, en estas épocas de grandes avances tecnológicos, habría que actualizar los análisis, sobre todo luego de las elecciones de ese mismo año en Argentina en las que el macrismo -que había sido el primero en Argentina que comprendió y usó, con todo éxito, las redes sociales en su campaña electoral- perdió las elecciones.

Sin embargo, la situación y las tendencias que marca Galup tienen completa vigencia, y deberían ser conocidas, comprendidas y utilizadas en el análisis de la realidad por los argentinos/as.

Justifico esta información, con una cita del libro que aparece en el análisis hace de la situación de los diarios y portales de noticias (tradicionalmente, los proveedores de la información que nos permite conocer lo que sucede en el mundo):

“Este modelo se sustancia en una lógica que deja en un lugar peligroso al usuario, al consumidor de medios de comunicación. Las prioridades informativas, los recursos y los estímulos están puestos al servicio de aquellas noticias que gozan de mayores posibilidades de viralización y no de las que ayudan a construir una agenda de información verdaderamente relevante para la ciudadanía. Los medios de comunicación que apuestan a este esquema generador de clics, aunque suene radical, están renunciando a su rol histórico de servicio público para convertirse en una góndola pública de información, en la que sólo se ofrecen los productos de mayor demanda, reservando al resto de los “productos” -es decir, al resto de las noticias- espacios marginales y de alcance más dificultoso. Y si algo saben las empresas que comercializan productos o servicios es que el consumidor no quiere que le hagan complicada su tarea de consumir. Como ya vimos anteriormente, la avaricia cognitiva puede más que una dieta informativa variada.” (Big data & Política: De los relatos a los datos. Persuadir en la era de las redes sociales, Luciano Galup, Penguin Random House Grupo Editorial Argentina, 2019)

Esto se da en un marco social en el que las noticias nos llegan más que nada en forma de títulos destacados, que son casi lo único que se lee, e imágenes, lo más llamativas posibles para captar nuestra atención.

El tema de la atención es central, y lo analicé en una entrada: ECONOMÍA DE LA ATENCIÓN: NO LA REGALEMOS, VALE MUCHO https://www.miradasdesdemendoza.com.ar/2020/12/09/economia-de-la-atencion-no-la-regalemos-vale-mucho/.

Otro tema que debemos considerar en este análisis de las redes es planteado en el libro:

“El análisis de las noticias falsas tiene una dependencia absoluta de las emociones en la toma de decisiones de las personas, de las que ya hemos hablado anteriormente. Resulta imposible aislar este fenómeno en las redes sociales, por fuera del conjunto político, cultural y económico.

A mayor grado de polarización en una sociedad, mayor es la probabilidad de que circulen como verdaderas noticias probadamente falsas. Esta polarización, propia de los fenómenos populistas, crea condiciones favorables para la proliferación de noticias falsas porque pone sobre la mesa la disputa de un sentido: no importan los hechos, sino la capacidad de las noticias de fortalecer identidades políticas previamente asumidas. Aquí es donde las fake news encuentran su razón de ser. Su función es amalgamar sentidos que fortalezcan pertenencias e identidades políticas de los espacios en disputa para construir un relato hegemónico de lo social. Su rol es formar parte de un relato ficcional del universo social.” (p. 165-166)

Por eso, tenemos que entender cómo funcionan las estrategias que utilizan como ámbito los Big Data. Porque este es el mundo que viene:

“Este cambio generacional tendrá impacto directo en las formas de consumir información y cultura. Los medios de broadcasting, sobre todo la televisión, no van a desaparecer, pero sí verán diluirse su hegemonía año a año, hasta perderla. Surgen y surgirán nuevos lenguajes, nuevas narrativas que cruzarán, a su vez, las formas de hacer política, de relatar la política para incidir sobre el imaginario colectivo. Para eso se elaborarán nuevas propuestas comunicacionales, que nacerán de ideas que buscarán quebrar para siempre la mecánica tradicional utilizada para contar la política. “

Para concluir comparto un párrafo del Epílogo que me parece demuestra con claridad lo que será nuestro futuro y, por lo tanto, lo imperiosa que la necesidad de comprenderlo mejor:

“Otra certeza es que la tecnología tendrá cada vez más peso en las formas de sociabilidad, en el control de los ciudadanos y en las mediaciones de lo político. Los algoritmos gobernarán partes cada vez más importantes de las estrategias y la toma de decisiones de la comunicación política. Conviviremos con algoritmos e inteligencia artificial. Quienes no tengan recursos para usar eficientemente estas herramientas tendrán fuertes desventajas para acceder a la esfera pública en igualdad de condiciones.” (p. 184)

ACONSEJO SU LECTURA.

VOY A SEGUIR PUBLICANDO ENTRADAS SOBRE LOS TEMAS TECNOLÓGICOS QUE CONSIDERE QUE TIENEN QUE VER CON LA REALIDAD TAN COMPLEJA EN LA QUE NOS ENCONTRAMOS.

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