SOL DESDE EL SOL
SOL DESDE EL SOL
Sol, para nuestra vida desde siempre, desde los siglos,
desde la tierra, desde la sangre que no deja de latir nunca.
Caminá, sol, mis manos te siguen, hasta el cenit.
SOL DESDE EL SOL
Sol, para nuestra vida desde siempre, desde los siglos,
desde la tierra, desde la sangre que no deja de latir nunca.
Caminá, sol, mis manos te siguen, hasta el cenit.
AÑO NUEVO DEL SUR 2024
ADOLFO ARIZA
Por mi cultura y mi fe, siempre celebré el Año Nuevo europeo. Lo seguiré haciendo porque sigue siendo una fiesta de todos/as, pero el Año Nuevo del Sur tiene que ver con mi vida, la de mis seres queridos, la de mis ancestros, y la de mi Patria Latinoamericana, así que hoy, a las 18: 51, lo celebré.
El Año Nuevo del Sur es el inicio de un nuevo camino que recorreremos a lo largo del año y que está representado en la Chakana, cruz andina, que marca las divisiones de este ciclo: solsticios, equinoccios, Día de los Muertos, Carnaval, Día de la Pachamama y Día de la Cruz.
La celebración del solsticio de invierno como inicio de un nuevo ciclo anual es realizado desde épocas remotas y hasta la actualidad, por los pueblos originarios: Inti Raymi, de la cultura Incaica; Wetripantru, de la cultura mapuche, entre otras.
Es en este momento, cuando la vida en la Tierra comienza y germina, hay que agradecer y festejar.
Inclusive, otra vez, en nuestro Teatro Independencia habrá un evento sobre este momento. Ya estuve en uno, hace algunos años, y fue muy emocionante.
Como dice la promoción oficial, ya han participado:
“Liliana Bodoc, Luisa Calcumil, Máximo Arias, Gladys Ravalle, Mariú Carrera, Marcelino Azaguate, Daniel Ciancio, Fausto Marañón, Osvaldo Chiavazza, Hernán Paz, Ulises Naranjo, Laura Morales, Natacha Gabrielli, María Godoy, Fabián Castellani, Martín Montero, Alejandro Rotta, Miles de Años, Chakana, Ensamble Eduardo Pinto, Öesch-Alcaraz-Melchiori, Sandra Amaya, Analía Garceti, Alejandra Bermejillo, Mariana Matta, Camino al Pachacuti, comparsas de candombe y bandas de sikuris de Mendoza, entre otros.”
No lo olvidemos, debemos acercarnos a nuestra vida ancestral y originaria.
Hay rituales (he visto algunos) que nos permiten participar de este momento cósmico:
Clarín de hoy nos dice lo siguiente:
“Flavia Carrión es autora y comunicadora de sabiduría ancestral; recorre los caminos del chamanismo desde hace más de veinte años y es autora de varios libros, entre ellos, La niña que sentía demasiado (Ed. Autores de Argentina).
Sobre el solsticio, y desde España, dice que es el punto de inflexión en la danza de entre la Tierra y el Sol: “Al llegar a su punto más alto o más bajo del cielo (dependiendo de qué hemisferio se trate), el Sol parece hacer una pausa en su transitar para retomar luego. Esta pausa sucede en nuestro interior también, siendo el solsticio un tiempo ideal para revisar nuestros proyectos y sueños, ver lo que hemos alcanzado y considerar las decisiones que tenemos que tomar en vistas al futuro”.
A continuación, un ritual de conexión entre la Tierra y el Sol para acompañar este momento:
1. Encontrá un lugar especial. Buscá un lugar tranquilo en la naturaleza o en tu hogar donde puedas sentirte en paz y silencio.
2. Prepará un círculo sagrado. Marcá un círculo en el suelo usando flores, hojas, piedras o cualquier otro elemento natural. Este círculo será tu espacio sagrado durante el ritual.
3. Creá un símbolo del sol. Colocá en el centro del círculo un objeto que represente al sol, como un disco dorado, una figura de sol o incluso un dibujo. Esto simbolizará la energía solar.
4. Reuní ofrendas. Reuní pequeñas ofrendas para el sol, como granos, frutas, flores caídas o hierbas aromáticas. Estas ofrendas serán una muestra de gratitud por la luz y la vida que el sol proporciona.
5. Encendé una hoguera o una vela grande. Si estás al aire libre y es seguro, encendé una pequeña hoguera. Si estás en interiores, utilizá una vela grande. Esta llama representará la luz del sol.
6. Hacé una meditación. Sentáte cómodamente dentro del círculo y cerrá los ojos. Respirá profundamente y sentí la conexión con la Tierra. Visualizá el sol brillando intensamente sobre vos. Reflexioná sobre los avances que has hecho respecto a tus sueños. Si no encontrás nada significativo, recordá que sostener en tu corazón el propósito a pesar de los desafíos ya es una tarea muy significativa. Agradecé.
7. Hacé una ofrenda al sol. Colocá tus ofrendas alrededor del símbolo del sol en el centro del círculo. Mientras lo hacés, da gracias en voz alta por cada bendición. Por ejemplo: “Gracias, sol, por el alimento. Gracias por la calidez”.
8. Cantá. Cantá una canción de gratitud y conexión con el sol. Podés crear tu propio canto o usar una canción tradicional, como “Viene Luz hacia mí”.
9. Traé luz. Con los ojos cerrados, imaginá que te bañás en una luz dorada y brillante. Acompañá con tus manos, trayendo hacia vos la energía del sol que has creado en el centro del círculo. Inspirala. Sentí cómo renueva tu fe en tus sueños.
10. Compartí la luz. Si estás con más personas, es buena idea que cada uno exprese lo que sintió y de qué manera va a aplicar la energía recibida en los próximos días. Recordá que sol es acción. Si estás solo, anotá tus reflexiones en tu diario.
11. Cerrá el ritual. Para finalizar, apagá la hoguera o la vela con cuidado, agradeciendo nuevamente al sol por su energía y luz. Deshacé el círculo sagrado y guardá los elementos naturales que utilizaste de manera respetuosa.”
Se puede hacer parte del ritual, como agradecer, poner un regalo, traer luz, compartirla. Así nos agarraremos de la mano con todos los que comparten este camino.
20 de junio de 2024
Hoy, sábado, al mediodía, en un buen programa de Radio Nihuil, De la raíz a los pájaros, con Roberto Mercado, contaron la historia del origen del tema Mi viejo de Piero, que no conocía, a pesar de haberlo escuchado –y cantado- muchas veces.
La letra es un homenaje al padre del escritor José Tcherkaski, y en el programa relatan que Piero había dejado de cantar para encontrar un sentido más profundo a su música, pero que en 1968 conoció a Tcherkaski, “con quien integraron una fórmula creativa que les permitió componer buena parte de los grandes éxitos de Piero. Durante casi tres décadas trabajaron juntos.” (Wikipedia)
Viejo, mi querido viejo,
ahora ya camina lerdo,
como perdonando al viento.
Yo soy tu sangre, mi viejo;
soy tu silencio y tu tiempo.
Cuando volví a escucharla, se me llenaron los ojos de lágrimas, como casi siempre, desde que se murió mi papá, o sea mi viejo.
Una vez lo charlaba con un buen amigo de otra época, Eduardo Makinon (espero haber escrito bien el apellido) y me dijo que le pasaba lo mismo.
Piero fue parte de mi vida, y de mi vida política, tan intensa y trascendente en la Argentina de entonces. Menciono “Para el pueblo lo que es del pueblo” (1973), pero fueron muchos los temas que me acompañaron:
“Temas como “Que se vayan ellos”, “Los americanos” y “Las cosas que pasan” se convirtieron en himnos de las luchas sociales.” (Wikipedia). Cómo no mencionar a Pedro Nadie también, pero Mi viejo tocó mi más profunda cuerda interior y siguió siendo un puente con mi papá, muerto demasiado joven.
Mi papá y mi mamá me siguen acompañando y los recuerdo casi todos los días, cuando agradezco la vida en un nuevo día y pido amparo y protección.
Como dicen en Coco, esa bella película, mis viejos están vivos, porque los sigo recordando, y caminan conmigo.
En este Día del Padre lo vuelvo a recordar, aunque se me anude la garganta al cantar, casi gritando:
Yo soy tu sangre, mi viejo;
soy tu silencio y tu tiempo.
Y seguiré siéndolo en mis hijos/hija, nietos/as, bisnietas y los/las que vendrán.
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