Al leer esta nota se me vino a la cabeza uno de los temas que me andan rondando por estos días: la peste y su significado. Es un tema muy antiguo. Hay bastante escrito sobre esto por estos días, mucho con tenor apocalíptico, pero mi intención era –y es- encontrarle el sentido en nuestras vidas, hoy, y sobre todo mañana, en ese futuro tan poco cierto. Si nos fijamos bien, la mayoría de los temas que se plantean son controversiales, y tienen sesudos defendedores, por lo que es muy difícil saber qué hacer.

Salvo que el aislamiento y el lavado de manos son las únicas “vacunas” ciertas, lo demás es discutible –lo que se hace hasta el hartazgo en los medios. Hoy mi hijo me comentaba que había llegado a él un comentario (aparentemente científico, porque todas las teorías son dichas por científicos, analistas o catedráticos del más alto nivel posible) que decía que autopsias hechas en Wu Han demuestran que muchos de los muertos por corona virus, no han sido por neumonía, sino por inflamaciones que impiden el intercambio gaseoso, con lo cual se podrían curar con antibióticos y corticoides, y no necesitarían asistencia mecánica para respirar. Si vemos la frenética carrera para contar con la cantidad de respiradores artificiales necesarios para atender los pacientes graves, aquella noticia echaría por tierra las estrategias que se están usando en todo el mundo.

Personalmente, esperaré que el paso del tiempo vaya permitiendo tener alguna claridad sobre el futuro próximo y no tanto, pero está claro que muchas cosas no van a ser iguales, aunque no sepamos qué va a cambiar y de qué manera. Por lo tanto, pensemos y anotemos qué cosas queremos que sean distintas, dependan de nosotros/as o no.

Por esto, comparto esta nota de Marta Riskin, que nos puede ayudar a entender mejor la realidad, y lo que está detrás de la realidad, que es una manera de llegar mejor a ese futuro incierto.

Sigamos así, que, aun en medio de la tormenta, estamos en el camino correcto.

La Ventana

La peste del miedo

https://www.pagina12.com.ar/261037-la-peste-del-miedo

El comportamiento del sistema de medios en la coyuntura lleva a Marta Riskin a afirmar que cuando las comunicaciones están en poder de monopolios se excluyen ricas representaciones perceptivas y argumentales al acceso popular y se hace del miedo un instrumento de dominación política y control social.

Fosas comunes en Nueva York para enterrar a los muertos por coronavirus

Fosas comunes en Nueva York para enterrar a los muertos por coronavirus

Imagen: AFP

“Hay muerte en las nubes

Hay miedo en la noche”

“En brazos del miedo he sido transportado”

H.P. Lovecraft

Si el miedo fuese un mero instinto que se resuelve en huida, lucha o parálisis, la humanidad ya hubiese perecido.

Por cierto, el-miedo-que-no-es-zonzo alerta de peligros.

Asimismo, reactualiza traumas, dificulta vínculos profundos, provoca depresión, violencia e indiferencia ante el dolor ajeno.

Las grandes pesadillas son universales.

Hambre y miseria.

Dolor y enfermedad.

Soledad y desamor.

Todos los miedos se resumen en miedo a la muerte.

Sin embargo, presuponerlo un mero mecanismo de supervivencia no explica por qué, en situaciones límites (guerras, hambrunas, pestes) desborda como pánico, odio e ira y se descarga sobre algún Otre. Y nunca es sobre cualquier Otre.

Como toda emoción humana, el miedo es una construcción cultural y, cada pueblo ha cultivado (y sofocado) sus propias fantasmáticas.

Batalla cultural

Globalización mediante, la comunicación de masas cumple con su expreso objetivo de construir “masas”, comercializando mercancías materiales e ideológicas.

Utilizando expertos y tecnologías se segmentan públicos, se instituyen valores y se confirman prejuicios; ya sea hacia minorías (negros, judíos, musulmanes, pueblos originarios) mayorías (asiáticos, mujeres insumisas, sexualidades diferentes) o vendiendo a los jóvenes que sobran viejos en el planeta.

Sus “Divide y triunfarás” no solo siembran imperios y apocalipsis nucleares o ecológicos. También, resucitan circunstancias personales y colectivas traumáticas, propagan espantos sobre escenarios de crisis e incrementan sufrimientos; con el fin de generar dependencia y sometimiento a algún poder omnímodo, a cambio de espejismos de refugio y alucinaciones de inmortalidad.

Cuando las víctimas aceptan sus consignas se convierten en Masa.

La participación en la Masa no obedece al coeficiente de inteligencia.

Notables intelectuales apoyaron o creyeron inofensivo a Hitler.

El miedo puede ser muy zonzo si ignoran su poderío para motivar confrontaciones.

Justamente, la importancia simbólica de denuncias y resistencias reside en la capacidad de liberarse del miedo y cortar con el sometimiento a la muerte.

En “La Peste”, Albert Camus advierte: “Si el miedo no es clima adecuado para la reflexión se debe en primer lugar, enfrentarlo”.

La reflexión señala a la especie humana que la ayuda mutua es el imperativo categórico.

Nadie se salva solo

Solo el grupo contiene la frágil individualidad de la especie humana.

A quién no alcancen los hechos históricos para aceptar que los mejores resultados frente al peligro se logran cuando no solo se piensa en la propia tribu; vale recordarle que sus fundamentos biológicos fueron reconocidos por Darwin.

La ayuda mutua conforma Comunidad.

El compromiso solidario organizado por el Gobierno Nacional ante la covid-19, generó excelentes anticuerpos en los argentinos.

El Estado ha privilegiado la salud y la vida y puesto en valor a la Política; convocando a la ciudadanía a no dejarse arrasar por los miedos y construir en común.

Por contrario, la persistencia de fake news y desinformaciones tóxicas muestra que las pandemias ideológicas exigen medidas preventivas y vacunas culturales.

Cuando las comunicaciones están en poder de monopolios, estos se asumen como “Aquel-que-piensa-por-los-demás”, excluyen ricas representaciones perceptivas y argumentales al acceso popular y se autoadjudican patente de corso para hacer del miedo un instrumento de dominación política y control social.

Elegir entre Comunidad y Masa requiere educación, práctica y experiencias.

El gran desafío de la política sigue siendo construir una Comunidad auténticamente democrática de largo aliento.

Por Marta Riskin

Antropóloga UNR