PROYECCIONES DESDE EL PASADO Y SUS CRISIS: ¿SIRVEN?

PROYECCIONES DESDE EL PASADO Y SUS CRISIS: ¿SIRVEN?

No es común encontrar cosas estas en el MDZ, pero esta nota es muy interesante. El autor aclara que sus observaciones no tienen valor de predicción, pero me parecen un buen aporte a la comprensión del mundo de hoy.

Es cierto que el análisis se centra en EEUU, pero estos patrones generacionales son interesantes para entender cómo se han tomado decisiones en ese país y el mundo.

En estas épocas, en que abundan las opiniones y teorías sobre cómo será el mundo después de la pandemia una nota bien fundamentada, sin pretensiones de boom para los medios, es útil. Para mí lo fue, espero que para ustedes también.

Nueva advertencia del historiador que predijo una grave crisis en 2020

Hace más de 20 años Neil Howe predijo que Estados Unidos viviría una crisis que llegaría a su clímax en el año 2020. Asegura que en tiempos como el actual ha sido cuando Estados Unidos se ha embarcado en grandes guerras.

BBC Mundo

https://www.mdzol.com/bbc-mundo/2020/6/24/nueva-advertencia-del-historiador-que-predijo-una-grave-crisis-en-2020-87713.html

MIÉRCOLES, 24 DE JUNIO DE 2020 · 08:59

Su vaticinio no lo hizo mirando una bola de cristal sino sobre la base de una controvertida teoría que este historiador, economista y demógrafo desarrolló en la década de 1990 junto a su colega William Strauss.

Estudiando la historia de EE.UU. desde 1584, estos autores encontraron una serie de patrones que les permitieron explicar la evolución histórica de ese país a partir de los cambios generacionales.

El resultado se plasmó en su libro Generations (“Generaciones”), de 1991, que dejó una huella duradera en personalidades tan dispares como el expresidente de EE.UU. Bill Clinton y Steve Bannon, exjefe de estrategia y antiguo hombre de confianza de Donald Trump.

Seis años más tarde, Howe y Strauss -quienes también son los responsables de haber acuñado el término de generación millennial para referirse a los nacidos a partir de 1982- publicaron otro libro, The Fourth Turning (“El cuarto giro”), en el que expandían su teoría.

En el libro postulaban que la historia estadounidense (y de otros países desarrollados) avanza en ciclos de cuatro cambios generacionales recurrentes que llevan a que cada 80-90 años se presente una crisis de gran magnitud como la que se produjo durante la Guerra Civil o en el período de la Gran Depresión y la II Guerra Mundial.

Entonces, los autores vaticinaron literalmente que “viene el invierno” y anunciaron una crisis que tendría su clímax en 2020.

Howe, quien en la actualidad trabaja como jefe de demografía de la consultora Hedgeye Risk Management, habló con BBC Mundo sobre ese vaticinio en el contexto de la crisis del coronavirus.

A continuación, ofrecemos una versión sintetizada de la conversación.

En sus libros usted predijo que en algún momento de 2020 en Estados Unidos ocurriría una gran crisis comparable a la de la Independencia o a la de la Guerra Civil. ¿Se parece esta pandemia por el coronavirus a la crisis que estaba esperando?

Lo que sugerimos es que la historia, no solo en EE.UU., sino también en muchas otras partes del mundo está impulsada por un ciclo de generaciones que se repite. Es casi como las estaciones del año. Cada período dura aproximadamente una generación, unos 20, 22 o 23 años más o menos.

Cada cuatro de estos periodos -lo que llamamos el Cuarto Giro- se produce aproximadamente entre 80 y 90 años después del comienzo de los primeros tres.

Eso realmente se alinea muy bien con las grandes crisis cívicas recurrentes en la historia de Estados Unidos: la Revolución Gloriosa, la Revolución Estadounidense, la Guerra Civil, la Segunda Guerra Mundial y la Gran Depresión.

Y ahora aquí estamos de nuevo.

En la década de 1990 decíamos que estábamos en lo que llamamos el Tercer Giro, un período de gran individualismo que llegaría a su fin en algún momento de la primera década del siglo XXI.

Y que, si eso sucedía cerca de 2010, el nuevo ciclo probablemente duraría hasta 2030 y sería una era de crisis que duraría una generación, un poco como el New Deal y la II Guerra Mundial, que realmente comenzó desde finales de los años 1920 hasta finales de la década de 1940.

Nosotros sugerimos que la parte más agitada de esa era comenzaría en la década de 2020. Entonces, un punto de inflexión crítico sería el año 2020.

Ahora, por nuestra forma de ver el futuro, el Cuarto Giro probablemente arrancó con la gran crisis financiera y la Gran Recesión, que comenzó en 2008-2009.

Entonces, ocurrieron grandes cambios en la actitud de las personas en Estados Unidos hacia el globalismo, la desigualdad de ingresos y el populismo, etc.

Creo que este es el comienzo de la segunda mitad de esa era, que es el año 2020. Y tal como sucede, la crisis del confinamiento por la pandemia coincide perfectamente con el comienzo del clímax de esta era.

Entonces, (la referencia a) 2020 se debe a que es la segunda década de la era de la crisis en la que ocurre la mayor parte de la acción.

Ustedes hablaban de cuatro tipos distintos de generaciones. ¿Puede explicar esta idea?

Hay cuatro tipos diferentes de generaciones, nosotros los llamamos arquetipos. Uno para cada giro o era, entendidos como estos periodos de unos 20 años.

El Primer Giro se parece más a la primavera, es una era posterior a la crisis. En Estados Unidos ocurrió desde la mitad de la década de 1940 hasta principios de los años 60.

Fue un período de instituciones fuertes y un gran sentido del progreso nacional. Un momento en el que el individualismo, los inconformistas e incluso las minorías étnicas raciales eran dejados de lado. Una era de gran cultura mayoritaria. Y esto es típico de una era posterior a la crisis.

El Segundo Giro es un despertar. Es como el verano.

Es un momento en el que, especialmente por la nueva generación nacida después de la última crisis, todos quieren deshacerse de las obligaciones sociales y redescubrir su individualidad, su propio sentido de la pasión.

Son períodos de agitación, muy creativos y de transformación en la cultura, en los valores y en lo religioso, como ocurrió en los años 60 y 70.

Patrones de cambio generacional en Estados Unidos Teoría de Howe y Strauss

Primer Giro Generación silenciosa, nacidos entre 1925 y 1942

Segundo Giro Generación de los Baby Boomers, nacidos entre 1943 y 1960

Tercer Giro Generación X, nacidos entre 1961 y 1981

Cuarto Giro Generación Milenial, nacidos entre 1982 y 2004

Source: The Fourth Turning

El Tercer Giro toma las lecciones del reciente despertar sobre la necesidad de consentir al individuo.

En Estados Unidos comenzó a principios de los años 80 y duró hasta principios de los 2000. Se inició con la revolución Reagan: menos impuestos, menos regulación, más tolerancia ante una mayor desigualdad y ante las diferencias entre los individuos; y menos énfasis en la cohesión social.

Las décadas del Tercer Giro, como las de 1980, 1920 o 1850, son períodos de cinismo y malos modales. La gente vive su vida de la forma que quiere, independientemente de la comunidad. Todos estamos orgullosos de nosotros mismos como individuos, pero estamos muy desalentados con respecto a nuestra identidad cívica.

El Cuarto Giro es un período de crisis política y social cuando nos reinventamos cívicamente y renacemos como comunidad nacional.

De alguna manera ominosa, diría que hasta ahora en Estados Unidos estos siempre han sido períodos de guerra total. Todas las guerras totales en EE.UU. han ocurrido durante el Cuarto Giro. Y en cada Cuarto Giro ha habido una de estas confrontaciones.

No predigo que vaya a ocurrir una guerra total, pero sí creo que la guerra expresa o refleja parte de la urgencia comunitaria que típicamente vemos en estas crisis: el populismo se fortalece, la comunidad comienza a exigir mucho más a sus ciudadanos, las libertades individuales se debilitan.

Estas cosas suceden durante estos períodos que, por cierto, no ocurren solo en Estados Unidos.

Este nuevo crecimiento del populismo y el autoritarismo se produce en gran parte del mundo: en partes de Europa y, particularmente, en Europa del Este; en el sur y el este de Asia.

Si miras alrededor ves que esto es así. Líderes populistas que apelan a la mayoría etnocéntrica de su comunidad.

Este es un período peligroso en la historia. Y creo que, desde la II Guerra Mundial, gran parte del mundo está en un ciclo generacional muy similar.

Si usted fuera a aplicar su tesis generacional al momento actual ¿qué diría?, ¿qué estamos viendo? Y, más importante aún ¿qué ocurrirá a partir de ahora?

No estoy en el negocio de predecir eventos reales. Lo que hago es predecir estados de ánimo sociales, lo que hace que ciertos tipos de eventos sean más probables.

Lo que sí predigo es que, a medida que avance el 2020, veremos un aumento en los llamados de ambos partidos (Republicano y Demócrata) para que el gobierno haga más en lugar de menos.

Basta con mirar la crisis del coronavirus. Ahora todos son socialistas. Nunca he visto tal transformación: en el Congreso no queda un solo legislador que sea conservador en términos fiscales. Incluso en el lado republicano, todos están pidiendo más billones.

Probablemente tendremos otra ley de estímulo a la economía con más billones en subsidios para negocios, para trabajadores, para todos.

Ya estamos volviendo a dar prioridad a la comunidad y, al final, esto costará dinero real. Esto no vendrá con una tasa de interés del 0%. Más tarde, alguien tendrá que renunciar a algo para pagar esto.

Es eso o tendremos tasas de interés cero para siempre y nuestra economía nunca volverá a crecer. Y, por supuesto, esa sería una situación aún más sombría, lo que provocaría un descontento aún mayor.

Entonces, creo que ya estamos lanzados. Ya hemos entrado en la segunda mitad del Cuarto Giro con esta reciente pandemia y la respuesta de las políticas públicas a la misma.

También creo que las elecciones de 2020 serán un evento muy disputado y que van a transformar Estados Unidos, cualquiera que sea el lado que gane.

En estos momentos parece probable que sea el Partido Demócrata, pero todavía faltan varios meses. Hay muchas posibilidades.

Si los demócratas ganan y exprimen su ventaja, creo que incluso podríamos correr el riesgo de secesión en Estados Unidos. Creo que tal vez habrá algunos estados no van a acompañar (al gobierno federal).

Por supuesto, esto ya sucedió antes en la historia del país.

¿Cree realmente que las cosas pueden llegar tan lejos?

Esto es menos probable si los republicanos ganan, porque creo que los demócratas piensan que controlan la clase que dirige las instituciones nacionales.

Siempre pensé que era más posible si los demócratas ganan: imagine si hay una regulación o algún nuevo impuesto y varios estados rojos (republicanos) dicen “no vamos a pagar eso, no vamos a seguir adelante”.

Eso plantea un problema real y es interesante cómo el gobierno nacional puede enfrentar ese dilema: si no hace cumplir esa regla, se debilita permanentemente. Este es un problema real. Este es el momento de la verdad.

Pueden ocurrir muchas otras cosas. La generación millennial, que siente que nunca alcanzará el nivel de vida de sus padres, puede, a través del voto, llevar hacia un cambio completo de nuestras instituciones económicas.

Esto, como ocurre siempre, desatará una cierta oposición.

Este momento se parece mucho a la década de 1930: ruptura de alianzas internacionales, aumento de los autócratas en todo el mundo, auge del populismo y un enorme descontento por la situación económica que conduce hacia grandes transformaciones de los gobiernos y, en última instancia, hacia una redefinición completa de la ciudadanía y de las propias instituciones públicas.

Con respecto a las próximas elecciones, según su teoría generacional, deberíamos enfrentar un choque entre los baby boomers y la generación millennial. Pero, en cambio, tenemos a Joe Biden y a Donald Trump…

El líder no es realmente importante.

Biden es interesante porque es miembro de la generación silenciosa, la primera en la historia de Estados Unidos que nunca llegó a la Casa Blanca. Pasamos de George Bush padre, que fue miembro de la generación G.I. que luchó en la II Guerra Mundial, a Bill Clinton, que nació después de ese conflicto (boomer).

Es la primera vez que una generación entera ha sido dejada de lado en términos de liderazgo nacional.

Llama la atención que los estadounidenses, en un momento de mayor crisis, miren con mayor favor a un miembro de una generación que siempre creyó en el compromiso y el consenso.

La generación silenciosa creció durante la crisis y llegó a la mayoría de edad durante el Primer Giro, así que siempre han sido muy reacios al riesgo. Les ha ido muy bien económicamente. Siempre juegan conforme a las reglas.

No ayudaron a construir el sistema porque aún eran niños, pero siempre han sido leales y nunca se cansaron de servir al sistema.

Siempre han sido buenos ciudadanos, a diferencia de los boomers que llegaron a la mayoría de edad destrozando el sistema.

Llama la atención que la otra alternativa en el Partido Demócrata era Bernie Sanders, un miembro de la generación silenciosa que era muy popular entre los millennials.

Sanders estaba feliz con los millennials. Biden no es tan popular entre ellos, particularmente entre los millennials blancos.

Él no era el candidato favorito de nadie, quizá con la excepción de los afroestadounidenses mayores que tienden a estar un poco más a la izquierda en política económica y en asuntos relacionados con los derechos civiles y la justicia social, pero que también son muy conservadores culturalmente.

Es cierto que Biden goza de un apoyo tibio, pero es muy interesante que los demócratas tomaron una decisión muy consciente de apoyar unánimemente a este candidato que quizá no era su primera opción. Pero dijeron: “Vamos a movernos juntos, vamos a cambiar Estados Unidos, vamos a reemplazar a Donald Trump”.

Si encuestas a los millennials en el Partido Demócrata, te dirán que Biden no era su primera opción para muchos de ellos, pero casi todos votarán por él. Aquí también hay un enorme contraste partidista.

Creo que en las elecciones de 2020 ellos van a romper todos los récords de participación de adultos jóvenes y estimo que increíblemente dos tercios de los menores de 30 años de edad votarán por los demócratas.

En todo caso, aún deberíamos esperar un choque entre los millennials y los baby boomers…

Los millennials sienten que quieren un gran cambio del liderazgo de los boomers en las instituciones públicas. Creo que hay un sentimiento generalizado, también en la generación X, de que los boomers no son muy competentes como líderes cívicos.

Sin embargo, en la vida personal y familiar nunca hemos visto una generación tan cercana a sus hijos adultos jóvenes.

Los millennials y los boomers están extremadamente unidos en sus vidas familiares. Viven juntos mucho más que otras generaciones y no es solo por necesidad económica.

Los boomers siempre fueron muy protectores y afectuosos con sus hijos millennials, que siempre piden consejo a sus padres.

Sus críticos argumentan que usted y Strauss redujeron la historia estadounidense a una fórmula matemática y también que su teoría no pudo explicar eventos importantes como el 11 de septiembre. ¿Qué dice al respecto?

Si le preguntas a muchos historiadores académicos, dirán que la historia es una tendencia lineal continua de declive o caída, lo que creo que es poco creíble, o completamente aleatorio o caótica, en cuyo caso es irrelevante.

Yo no trato de predecir cada evento. Intento predecir movimientos básicos en los que se hace más probable que sucedan cosas.

En la década de 1990, uno de los grandes competidores a nuestra visión sobre el futuro era Francis Fukuyama con “El fin de la historia”.

Según él, los estados-nación se desvanecerían y viviríamos indefinidamente en una especie de capitalismo de mercado con individuos que solo competirían entre sí a través de las fronteras. Y ese era el final de la historia.

Diría que si ese es el estándar con el que nos comparan, creo que hicimos un mejor pronóstico.

Usted acuñó el término millennial cuando los primeros miembros de esa generación eran niños pequeños. ¿Cuál grande es la brecha entre lo que esperaba de ellos y cómo ellos son en realidad?

Cuando miras hacia atrás a cómo la gente pensaba sobre los jóvenes a finales de los 80 y principios de los 90, creo que predijimos correctamente algunos cambios enormes que para todos parecían completamente imposibles o improbables.

Cuando comenzó la década de 1990, la generación X ni siquiera tenía un nombre.

Doug Coupland finalmente les dio un nombre en 1992-93 y finalmente nos acostumbramos a la generación X y todos pensaron que había una tendencia en la juventud hacia el nihilismo, el cinismo y al aumento de la violencia.

Nosotros vimos un aumento continuo en la tasa de criminalidad. En realidad, alcanzó su punto máximo en 1984-85.

Vimos muchachos cada vez más distanciados de su familia, en una especie de cultura desesperada y completamente apáticos en términos cívicos. Ya sabes que el lema de la Generación X es “funciona para mí”.

También vimos chicos que estaban desprotegidos desde una edad temprana, que se criaban solos.

Esa es la historia de vida de la Generación X. Ellos crecieron durante la revolución del divorcio y no le importaban a nadie. Todo el mundo los pateó hasta la calle y allí se vieron obligados a navegar por la vida por sí mismos.

Así, resultaron ferozmente independientes, individualistas, algo cínicos, un poco salvajes y poco socializados. Esa era la imagen de un adulto joven a principios de la década de 1990.

Entonces, salimos con un libro que representa con precisión a la generación X, pero dijimos que venía una nueva generación y que históricamente ya antes habíamos visto este cambio.

Después de cada “despertar” viene este pánico moral sobre los niños. Y luego, de repente, la próxima generación es mucho más protectora.

Cuando llegamos al año 2000 y los millennials comienzan a alcanzar la mayoría de edad, predijimos que cambiarían completamente la imagen de los jóvenes: estarían mucho más cerca de sus padres, serían mucho más reacios al riesgo.

Dijimos que la tasa de criminalidad bajaría, que estarían más interesados en educarse y en obtener títulos y que estarían más orientados hacia la comunidad. En última instancia, se involucrarían mucho más en la política. Serían más optimistas sobre el futuro. Y se considerarían especiales.

Se demostró que teníamos razón. Y puedo decir que a principios de los 90 todos pensaron que lo que predijimos sobre los millennials parecía increíble.

La tasa de delitos violentos en Estados Unidos ha bajado 75% desde a principios y mediados de los años noventa. Eso se debe principalmente a los millennials. Creo que acertamos con esa generación.

Una cosa que predijimos que tardó mucho en cumplirse fue lo de su participación en política. Incluso hasta hace poco la gente se quejaba porque “los millennials no votan”.

Bueno, ahora lo hacen, así que creo que incluso esa predicción está comenzando a cumplirse.

Creo que los millennials van a cambiar la cara de nuestra vida cívica. Históricamente, durante un “despertar” vemos que la sociedad cambia el mundo interno de valores y la cultura.

Pero durante una crisis cambiamos el mundo exterior de la economía, la infraestructura y la política. Creo que ahí es donde los millennials serán mucho más decisivos.

Usted ha dicho que cada edad de oro comienza con una gran crisis. Así que ahora supongo que podríamos ser optimistas…

Las edades doradas casi siempre se refieren a una época después de una crisis que se resolvió con éxito e integró a la sociedad en un nuevo tipo dinámico de comunidad.

Eso generalmente le permite a la sociedad lanzar esta era dorada que a menudo las sociedades recuerdan como el momento en el que todos esperaban progresar y tener un futuro mejor.

Eso, ciertamente, no es algo que caracterice a Estados Unidos hoy.

BANDERAZO “EN DEFENSA DE LA PROPIEDAD PRIVADA”. ¿POR QUÉ?

BANDERAZO “EN DEFENSA DE LA PROPIEDAD PRIVADA”. ¿POR QUÉ?

Tomé una de las consignas enarboladas en los banderazos y caravanazos de hoy porque es un buen pie para presentar esta nota de Página 12. Hace un rato un contacto de Facebook al que le encanta cuestionar mis posteos, me reprochó que usara muchas notas de ese medio para mis blogs y posteos. Le contesté que, aunque busco en diversos medios, es en Página 12 donde encuentro material diferente del que la mayoría de los canales de aire y de cable y medios digitales ofrecen.

Esto es lo que pasa con el tema de Vicentín, como con el de la cuarentena, o situación económica, o cualquier noticia que se preste para desgastar al Gobierno.

La nota de Bruschtein muestra todos los aspectos que están confluyendo en esta movida que incita y promueve el macrismo. Recordemos que Patricia Bullrich llamó a transformarla en la Resolución 126, tratando que el campo en su conjunto salga a cortar rutas.

Claro, no es tan sencillo: mucha gente no comparte este uso de la situación de la mega empresa en concurso por mala y fraudulenta gestión para dañar a un Gobierno que está tratando de sacar al país de las situaciones más críticas que uno puede recordar, ni tampoco hay unanimidad de las organizaciones del campo.

Es cierto que el macrismo concentrado y fervientemente anti peronista adhirió a la medida como se opondría a cualquier otra que tomara este Gobierno, pero, si no fuera por la difusión sesgada que le dan los medios que menciono arriba, no tendría dimensión tan significativa.

De todos modos, está claro que la oposición del macrismo es total, y sin la menor intención de construir hechos políticos, sino de perjudicar lo más posible al Gobierno, sin ningún mea culpa del papel que tienen en la situación de Argentina, Vicentín incluido.

La idea es la siempre: que el que quiera entender mejor lo que nos pasa, tenga elementos para hacerlo.

ESPERO QUE LES SIRVA

El banderazo por Vicentín: La fuerza del dinero

Por Luis Bruschtein

https://www.pagina12.com.ar/273425-el-banderazo-por-vicentin-la-fuerza-del-dinero

Cambiemos y el radicalismo PRO se abroquelaron contra la expropiación de la corporación Vicentin que fue su mayor respaldo económico en las campañas electorales, con lo cual aparece como si la empresa hubiera comprado esa defensa. O sea: si cualquier millonario aporta lo suficiente a la campaña de una fuerza política, compra impunidad para recibir créditos irregulares del Banco Nación para después no pagarlos. La operativa se realizó cuando ellos eran gobierno y el titular del banco que la autorizó, Javier González Fraga, está relacionado con esa fuerza. Ante el fallo judicial contrario, el gobierno retrocedió de su impulso inicial de expropiar y se plantea, junto con el gobernador santafesino Omar Perotti, el desplazamiento del directorio actual y una intervención judicial que designe un Órgano Interventor de la megaempresa.

La defensa de Vicentin que hacen el radicalismo PRO y Cambiemos tiene los pies de barro: defienden a quien les dio mucho dinero para que fueran gobierno. Y cuando fueron gobierno, ellos le dieron mucha plata en condiciones de favoritismo, saltándose, los reglamentos del Nación. Y ahora volvieron a defenderlo.

Un banco privado nunca hubiera prestado 300 millones de dólares en esas condiciones. Y, de hacerlo, ahora estaría quebrado. El Nación no quiebra porque tiene respaldo del Estado. El PRO y Cambiemos, beneficiados por el dinero de Vicentin, tienen responsabilidad en el desfalco al Nación, a los demás bancos y a las cooperativas y productores rurales, porque era su gobierno y sus funcionarios. Pero, amparados por la complicidad de las corporaciones mediáticas, disfrazan su defensa del turbio negociado con acusaciones de “inconstitucionalidad”.

Vicentín es mucho más que un conglomerado económico. Se respalda en ese poderío para proyectar su influencia sobre todo en la política, pero también en los medios y en la Justicia. La operatoria solamente hubiera podido funcionar amparada en esa trama vigorosa de influencias. Ahora, en coincidencia con los directivos que los financiaron, ese bloque demoledor de política, funcionarios judiciales, periodistas y corporaciones mediáticas se puso en movimiento para rechazar la expropiación propuesta por el gobierno.

El juez de la convocatoria de acreedores de Vicentin, Fabián Lorenzini, a cargo del tribunal Civil y Comercial de Reconquista, repuso en sus funciones al directorio de la empresa y designó a los interventores del gobierno nacional como simples veedores.

Es un directorio que le mintió sobre la situación de la empresa a sus mismos accionistas, gran parte de los cuales se han presentado ahora como perjudicados ante la justicia. Es el mismo directorio que mientras declaraba que no podía pagar sus deudas, vendía una de sus empresas en el exterior y recaudaba 120 millones de dólares.

Frente a la contraofensiva judicial y política del directorio de Vicentin, el gobierno, a través de la Dirección de Personas Jurídicas de la provincia de Santa Fe propuso ahora que la justicia designe una intervención y planteó que la encabece Roberto Gabriel Delgado, quien era el interventor designado por el decreto que rechazó el juez.

El organismo interventor controlará la empresa mientras dure el concurso de acreedores, o sea más que los dos meses que se había planteado en el decreto. El gobernador Perotti expresó que este mecanismo sustituye la idea de expropiar. Desde el gobierno nacional se insistió que el viejo directorio será desplazado y que el Estado tendrá intervención y decisión en la estructura que se genere.

El banderazo que se convocó para hoy forma parte de esa ofensiva de la oposición en defensa de la corporación que los financió. Aprovecha el malestar creado por la cuarentena y se constituye al mismo tiempo en una convocatoria para transgredirla en el peor momento de transmisión de la enfermedad. Los infectados ya son dos mil por día y los sistemas de salud están en un nivel de alarma amarilla, con más de la mitad de las camas ocupadas.

En la propaganda dan a entender que el gobierno amenaza la propiedad de las personas. Por el contrario, el control estatal trata de resguardar la propiedad de toda la sociedad, representada en una empresa pública –que es de todos, esta sí. Y también resguarda la propiedad que le fue expropiada por Vicentín a miles de pequeños y medianos productores de Córdoba y Santa Fe.

El banderazo es un acto bisagra en la relación de la oposición con el gobierno porque muestra la decisión de salir como lo hicieron durante la resolución 125. La movilización tiene en ese sentido un componente antiperonista muy fuerte que excede al conflicto con Vicentín. Esa es la parte del voto que nunca cambió y que respaldó a Mauricio Macri.

Pero también cabalga sobre el malestar que crea la cuarentena en sectores adonde no llegó la ayuda estatal, por retraso, por burocracia o porque no estaba contemplado. Y también hay cansancio en parte de los que han sostenido el aislamiento.

El acto romperá una cuarentena que ha sido tomada como ejemplo en todo el mundo. El prestigioso periódico norteamericano The Nation, contrastó esta semana las políticas sanitarias de Alberto Fernández con la de Jair Bolsonaro.

No hay Vicentin sin soberanía fluvial, marítima y logística | Modelo nacional que deje atrás la política portuaria alineada con el trazado geopolítico de las multinacionales

Los muertos por corona virus en Argentina están llegando a los mil. En Brasil, sin cuarentena, ya llegan a los 50 mil. Aun haciendo equivalencias por la diferencia de habitantes, las cifras del país vecino son muchísimo más altas y terroríficas. Sectores del macrismo cuestionan esta decisión por las pérdidas en la economía.

Es cierto, el PBI, en la comparación interanual, cayó algo más del 11 por ciento. Lo que ocultan los críticos de la cuarentena es que en Brasil, sin aislamiento, la caída de la economía ha sido aún más abrupta: más del 15 por ciento. La cuarentena de este gobierno salvó miles de vida y al mismo tiempo atenuó la caída de la economía con medidas dentro de sus recursos limitados.

La pandemia puso en crisis todos los postulados que aplicó Mauricio Macri. La meritocracia en términos de pandemia es la de Bolsonaro: que se salven los más aptos. En cambio, el gobierno argentino priorizó la responsabilidad social, es decir, la respuesta comunitaria, que el individualismo neoliberal desprecia.

El gobierno de Macri con los radicales PRO perjudicó la salud pública. Convirtió al Ministerio de Salud en Secretaría y redujo su presupuesto en más del 25 por ciento. El gobierno kirchnerista había dejado 13 hospitales prácticamente terminados en todo el país, siete de ellos en el conurbano que ahora serían decisivos en la lucha contra la pandemia.

A algunos sólo le faltó el equipamiento y todos tenían más del 80 por ciento de la obra avanzada. La gobernadora María Eugenia Vidal dijo que no iba a poner un peso en hospitales y se negó a terminarlos. Dijeron que inaugurar hospitales era pura demagogia. Pero ahora muchos de los que la votaron deberán atenderse en los hospitales que ha construido el gobierno, sobre la base de los que ya estaban.

Se dijo que la creación de universidades en el conurbano era demagogia “porque los pobres no van a la universidad”. Y esas universidades, junto con científicos y técnicos del CONICET han desarrollado kits de testeo para detectar masivamente a los enfermos. Está prevista su exportación porque son más baratos que los extranjeros. Se desarrolló un suero para atenuar los síntomas de la enfermedad y bajar su índice de mortalidad y se construyeron respiradores más baratos y sencillos que los anteriores.

Más que “defender la propiedad”, la carga antiperonista de la convocatoria al “banderazo” busca volver a un país sin cuarentena, sin hospitales, ni científicos, ni universidades públicas.

“EL QUE NO ENTIENDE EL PERONISMO NO ENTIENDE LA ARGENTINA” – Mario Bunge

“EL QUE NO ENTIENDE EL PERONISMO NO ENTIENDE LA ARGENTINA” – Mario Bunge

Me llamó la atención el título de la nota, y la leí con cuidado, aunque no es corta. Bunge se caracteriza por sus declaraciones provocadoras, y tiene adeptos y detractores.

La nota alterna elogios y críticas al peronismo -a Argentina también-, y me interesaron algunos fragmentos que reproduzco, pero está el link para el que le interese leerla completa.

Estoy de acuerdo con la afirmación que sirve de título, aunque seguramente los anti peronistas protestarían con ganas. El otro día veía unas encuestas en la que le preguntaban a peronistas y macristas a quién nunca votarían: el 14% de los peronistas eligió al macrismo, pero el 72% de los macristas mencionaron al peronismo. O sea que el macrismo es centralmente antiperonista lo que garantiza el rechazo a una afirmación como la del título, y asegura que la “grieta” se va a mantener.

Sin embargo, el peronismo es lo que nos hace diferentes, aunque hay otras expresiones de populismo latinoamericano semejantes. La diferencia es que el peronismo ha sido –y vuelve a serlo- Gobierno, y Bunge menciona algunas de las políticas y hechos positivos que hay en Argentina desarrolladas por los Gobiernos peronistas. Si analizamos, por ejemplo, el papel que tienen las organizaciones gremiales, podremos ver una diferencia clave respecto de otros países.

Me parece importante destacar el concepto del título, porque muchas cosas que el neo liberalismo capitalista que intentó gobernarnos descalificó e intentó erradicar son las que nos permiten desarrollar un país más justo para la mayoría de los argentinos, aunque la pobreza alcance niveles tremendos.

Comprendamos al peronismo para valorar y defender todo lo que nos hace un mejor país. Cambiemos lo que no sirva para eso, pero no aceptemos que nos quiten la educación y la salud públicas, o una jubilación justa, o un proyecto económico que genere el trabajo que necesitamos.

Es lo único útil en esta etapa crucial y difícil: entender qué es lo mejor para el país, pero mirálo vos, no dejés que ningún programa de televisión te maneje la opinión. Buscá otras miradas, otros criterios.

De última, tiene que ver con tu vida y la de los tuyos. Vale la pena.

“El que no entiende el peronismo no entiende la Argentina”

https://www.lanacion.com.ar/opinion/el-que-no-entiende-el-peronismo-no-entiende-la-argentina-nid1245326?fbclid=IwAR0b27SfW5akyZF_XMFGl1k01TuGKDmbBzpYerZ7MJhKC4sWd6Szd28HNAQ

21 de marzo de 2010 

Mario Bunge (físico, filósofo y epistemólogo)

“-Éramos tan apasionadamente antiperonistas que no fuimos capaces de hacer un análisis objetivo del peronismo. Más aún, usábamos categorías políticas europeas. Creíamos que el peronismo era una forma de fascismo. Y no lo es: es original, es un tipo de populismo. Creíamos también que Perón era bruto. Es falso. Era inteligente, no sólo habilidoso, y tenía cultura histórica, al fin y al cabo, era profesor de historia militar en el Colegio Militar. Lo menospreciamos y por eso no lo entendemos. Gino Germani, que fue el fundador de la sociología moderna en la Argentina, se fue del país en 1966 y al año siguiente me visitó en Montreal. Le pregunté: “¿Por qué te fuiste de la Argentina? ¿Por la persecución? No -me dijo-, me fui porque fui incapaz de entender al peronismo. Todavía hoy no lo entiendo”. Y es así: quien no entiende al peronismo no entiende el país.”

“-Algunos imaginaron que la crisis financiera internacional iba a permitir que surgiera un capitalismo distinto, más “sensible”. ¿Estamos a tiempo de esperar algo semejante? -Hubo cosas positivas y negativas. Hay que empezar por averiguar por qué China y la India son los dos únicos países en el mundo cuya economía ha crecido en los últimos doce meses. Ambos son proteccionistas y no son neoliberales. La India se ha salvado de los tsunamis financieros, en particular, porque regula el mercado financiero y no permite las especulaciones. Y a China le falta democracia, pero también está avanzando en ciencia y técnica a pasos agigantados. A propósito de esto, ¿sabe cómo se manejan las finanzas internacionales en este momento? Hay un cuento que lo ilustra. En un pueblo turístico de Europa, llega de pronto un alemán muy rico al único hotel del lugar, deja en el mostrador un billete de cien euros y le dice al dueño: “Me gusta mucho el lugar y quiero estudiar la posibilidad de pasar una semana acá. ¿Me permite mirar las habitaciones?” “Sí, suba, las habitaciones están todas abiertas”, le responde el dueño del hotel, que sale corriendo y le lleva el billete de cien euros al carnicero para saldar una deuda. El carnicero sale corriendo con el billete para pagarle al proveedor de alimentos para sus cerdos. A su vez, el proveedor de alimentos para cerdos va corriendo con ese billete y le paga a la prostituta una deuda por sus servicios. La prostituta toma el mismo billete de cien euros y lo deja en el mostrador del hotel para pagar la deuda que tiene por haber alquilado las habitaciones. Entonces, al cabo de un rato, baja el turista alemán y le dice al dueño del hotel que no le gusta ninguna de sus habitaciones, toma el billete y se va. Han transcurrido nada más que cinco minutos, nadie hizo nada, nadie produjo nada, pero todo el mundo está feliz porque todas las deudas han sido saldadas (risas). En esto consisten las grandes finanzas. Detrás de estas grandes manipulaciones no hay nada. Hay gente que se arruina, pero nadie se beneficia. Es monstruoso.”

¿CÓMO TIENE QUE SER LA PARTICIPACIÓN CIUDADANA EN LA “NUEVA NORMALIDAD”

¿CÓMO TIENE QUE SER LA PARTICIPACIÓN CIUDADANA EN LA “NUEVA NORMALIDAD”

La frase “nueva normalidad” se escucha por todos lados, aunque no se sepa qué será, y si se la podrá llamar normalidad, por lo menos en el sentido que tenía.

Se multiplican los opinólogos que hablan de que se había escondido la basura debajo de la alfombra y que la pandemia ha sacado todas esas miserias a la luz.

Resulta llamativo que Luis Rosales, aggiornado columnista de América, opine esto cuando fue candidato a Vicepresidente de Espert, que cuestionó el neo liberalismo de Macri porque había sido demasiado tibio y no había tomado medidas que nos hubieran sumergido, aún más, en el desempleo y la pobreza.

Sin embargo, muchos/as habíamos cuestionado y/o denunciado las desigualdades y asimetrías del mundo, y, sobre todo, de América Latina.

Ya los pueblos latinoamericanos habían salido a reclamar un cambio del sistema que les proporcionara mejores condiciones de vida: ingresos dignos, educación, salud, etc. Eso pasó en Chile, Ecuador, Colombia, y ahora, en Brasil.

Sin embargo, el problema no es solo lo económico, porque el tema de la participación ciudadana es clave, y la nota de Rocío Annunziata es útil para que empecemos a pensar en eso y en cómo podremos mejorarla, cualitativa y cuantitativamente, en el mundo después del coronavirus, y, en lo posible, empezar con acciones concretas ahora porque no será fácil lograr que los que propiciaron aquella normalidad injusta y desigual renuncien a sus negativos logros.

SEAMOS REALISTAS: EL MUNDO FUE –Y ES- ASÍ PORQUE ALGUNOS POCOS TRABAJARON PARA ELLO, Y OTROS MUCHOS LO PERMITIERON.

LA GRIETA EXISTIÓ SIEMPRE, POR LO MENOS TRABAJEMOS PARA QUE LOS QUE ESTÁN EN EL LUGAR EN QUE SE SUFRE MÁS SEAN MENOS.

PARA ESO, HACE FALTA MÁS Y MEJOR PARTICIPACIÓN CIUDADANA.

¿Democracia en pausa?

LA NUEVA NORMALIDAD DE LA PARTICIPACIÓN CIUDADANA

Por Rocío Annunziata Ilustración Sebastián Angresano

https://revistaanfibia.com/ensayo/la-nueva-normalidad-de-la-participacion-ciudadana/

Desde los ’80 hasta la pandemia del Covid-19, las políticas de participación ciudadana se multiplicaron al punto de ser una marca de nuestra región hacia el mundo. La pausa obligada por el aislamiento social plantea nuevos desafíos para que este espacio no se vacíe y reafirme su sentido de justicia social. Rocío Annunziata transcribe la memoria del debate Ciudadanía y Pandemia: ¿la democracia en pausa? del proyecto Partícipes, organizado por Fundación Avina y Revista Anfibia.

Cuando pensamos en la idea de “participación ciudadana” es inevitable imaginar una reunión de muchas personas en contacto unas con otras, ocupando un espacio público y dialogando “cara a cara”. Participación y aislamiento social no combinan nada bien. Por eso, entre las tantas actividades que parecen haber sido puestas en pausa por la pandemia del COVID-19, ésta es una de las que más inquietudes genera a quienes esperan la reactivación en la nueva normalidad.

Las instituciones participativas -instancias promovidas por los gobiernos, sobre todo de nivel local, que invitan a la ciudadanía a tener voz-, no hicieron más que multiplicarse desde las primeras experiencias latinoamericanas de fines de los ochenta, las que pusieron a la región en el lugar del laboratorio de innovación por excelencia en esta materia. América Latina fue emulada por otros continentes, y la expansión de estas prácticas cruzó colores políticos y etiquetas partidarias. Por mencionar sólo el ejemplo de la institución participativa más conocida, el Atlas Mundial de Presupuesto Participativo editado por Nelson Dias, Sahsil Enríquez y Simone Júlio cuenta más de 11.600 experiencias en todo el mundo en 2019.

¿Qué futuro tiene la participación ciudadana en las ciudades? ¿Cómo retomar los desafíos pendientes y los que surgen a partir de esta coyuntura? ¿Qué pueden hacer las ONGs y los gobiernos locales en este contexto? Estas preguntas estructuraron el encuentro Ciudadanía y Pandemia: ¿la democracia en pausa?, organizado por Fundación Avina y Revista Anfibia en el marco del Proyecto Partícipes, el 19 y el 21 de mayo de 2020. Participaron más de 300 miembros de organizaciones de la sociedad civil de Córdoba, Rosario, Mendoza y Buenos Aires, funcionarios locales y público general.

1 La “antigua normalidad” participativa no era ideal

Una de las primeras impresiones que surgen ante la pregunta sobre lo que la pandemia puso en pausa al interrumpir las instancias participativas implementadas en las ciudades es que la normalidad de la participación que conocíamos no era perfecta. ¿Cómo estábamos antes del COVID-19?

Lo primero que habría que decir es que la “normalidad” de las instituciones participativas era seguir expandiéndose. Hay que reconocerlo: muchos las impulsaban como verdaderos insumos para sus políticas, otros como una mera estrategia de imagen. Lo cierto es que la tendencia señalaba la inclusión creciente de este tipo de instancias en los gobiernos locales. Una prueba de ello es la pregnancia que tuvo el paradigma del Gobierno Abierto en la gestión pública.

Que ésta fuera la tendencia no implica que todos esos espacios fueran igual de fuertes, genuinos y transformadores. En algunos casos, la normalización y masificación del paradigma iba de la mano de prácticas muy debilitadas. Por eso la versión más desplegada por el mundo en estos años es la que identifica la participación ciudadana con una herramienta administrativa y despolitizada para conocer las preferencias de la gente y gestionar con mayor eficiencia. Lo que se venía viendo cada vez menos, en cambio, era la puesta en marcha de instancias participativas que fomentaran la creatividad social, el debate y el conflicto, y que tuvieran un horizonte de justicia social.

Esto nos reconduce a dos temas que surgieron en los webinar de Partícipes. 1) Muchas veces las instancias participativas están contenidas en normativas virtuosas y tienen un diseño institucional que hace suponer que habrá una participación sustantiva, pero en la práctica la capacidad de estos espacios de involucrar a los ciudadanos y considerar sus propuestas realmente es muy baja. Virginia Romanutti, de Nuestra Córdoba, citaba el ejemplo de las Juntas de Participación Vecinal de Córdoba para ilustrar instituciones bien diseñadas que no se traducen en buenas experiencias.

2) Las instituciones participativas tienden a estar orientadas hacia las demandas individuales y cuesta pensarlas como ejercicios colectivos, como advertía Luis Cardoso, de Acción Colectiva. La concepción mayormente administrativa de las instancias de participación que surgen “desde arriba” se corresponde con formatos de participación fragmentada, que privilegian que cada participante se lleve algo del proceso, cristalizándose en inquietudes poco diferenciadas de reclamos individuales. Un tema de larga data es que el participante convocado suele ser más el vecino que el ciudadano.

2. La pausa no son cinco minutos

¿Qué consecuencias están teniendo la pandemia y el aislamiento social sobre las instituciones participativas? En el mundo y en Argentina, las miles que estaban funcionando quedaron en suspenso. La reunión de personas en espacios públicos no está a la orden del día, por prohibiciones explícitas o por prudencia sanitaria. A este inconveniente indiscutible se suma el hecho de que, en Argentina, muchas gestiones gubernamentales acababan de asumir cuando llegó la pandemia y estaban recién ideando sus nuevos ámbitos participativos o analizando el estado de las instituciones heredadas.

En las situaciones de excepción los gobiernos tienden a cerrarse y a centralizar las decisiones. Como se advirtió en este encuentro, el argumento de que sería irresponsable o imposible planificar políticas en esta situación de crisis y urgencia es esgrimido por los funcionarios. ¿Cuán factible es escuchar muchas voces para decidir en este contexto? Facundo Heras –de Nuestra Mendoza- explicó que los gobiernos supieron dialogar muy bien con los sectores económicos en la creación de protocolos para habilitar actividades, y que ésto prueba que podrían dialogar de igual modo con las organizaciones comunitarias para atender a las necesidades de los territorios, como las ollas populares.

La combinación de aislamiento social, desconfianza interpersonal y gobiernos que se cierran puede significar un golpe muy duro para las instituciones participativas, que siempre han estado caracterizadas, incluso en la normalidad, por una gran volatilidad y dependencia de los cambios de gestión. Lo más probable es que la gran mayoría de estas instancias no se recuperen en el corto plazo.

3 ¿La “nueva normalidad” será digital?

Una de las estrategias posibles para enfrentar la pausa sería “digitalizarlo” todo, como sucede con mucho de nuestras vidas cotidianas. La incorporación de nuevas tecnologías para la participación en las ciudades ya venía en aumento, pero hoy puede presentarse como una alternativa salvadora. Así lo contaban los funcionarios que intervinieron en el segundo encuentro de Partícipes. Godoy Cruz (Mendoza) está buscando convertir su Presupuesto Participativo en un Presupuesto Participativo online, con el apoyo del Proyecto Cónsul, una plataforma creada por la gestión anterior del Ayuntamiento de Madrid. Este es también el modelo con el que se desarrolla desde 2017 BAElige, que permite cada año a los vecinos de la Ciudad de Buenos Aires decidir el destino de 600 millones de pesos. Rosario, la ciudad argentina cuyas instituciones participativas se han hecho famosas en el mundo, ensaya realizar las reuniones de sus consejos barriales por Zoom.

La posibilidad que brindan las herramientas virtuales están también influyendo en formas de participación que promueven los gobiernos locales más allá de las instituciones participativas propiamente dichas: la comunicación directa con los vecinos a la que apunta Rosario, o el programa de voluntariado Mayores Cuidados que impulsó CABA son buenas ilustraciones. En todo caso, miembros de equipos de gestión de los gobiernos locales coinciden en que los recursos virtuales o digitales formarán parte del paisaje de la “nueva normalidad” de la participación.

Pero no todas las realidades son adaptables a la virtualización o digitalización de sus instancias participativas. La localidad de Maipú (Mendoza), por ejemplo, viene trabajando con un Presupuesto Participativo orientado a las áreas rurales que difícilmente podría transformarse en online. No solo es una cuestión de brecha y conexión. En lo que se refiere a la digitalización de las instituciones participativas la biblioteca está dividida. Algunos expertos se preocupan por si las herramientas digitales tienden a eliminar los momentos de deliberación y debate: es posible hacer propuestas online, es posible votar proyectos online, pero es mucho más difícil discutir ideas y llegar a propuestas colectivas si falta el encuentro “cara a cara”. En este sentido, uno de los desafíos para el futuro de las instituciones participativas será que la incorporación de lo digital no vaya en detrimento de instancias capaces de producir deliberación.

4. Puede ser una pausa creativa

El paréntesis en el que se encuentran las instituciones participativas puede representar también una oportunidad, una pausa creativa en la que surjan herramientas que terminen por mejorar algunos aspectos de la “antigua normalidad” de la participación. Otro ejemplo: quizás los Presupuestos Participativos digitales atraen una participación social más numerosa, y no sólo a quienes participan siempre, que disponen del tiempo para trasladarse y estar, como notan en la ciudad de Godoy Cruz.

Aquí está la otra parte de la biblioteca: la participación online puede ser más inclusiva en la medida en que se integra más fácilmente a la vida cotidiana y no exige la presencia física en horarios imposibles para muchos. Otro ejemplo es el que acabamos de mencionar de los encuentros de consejos barriales por Zoom; ¿podrán estos formatos revertir la difícil relación entre lo online y la deliberación?

Encontrar formas para mantener latentes las instancias participativas es el imperativo actual. Pero a la vez podemos usar la pausa para repensar la normalidad. Como sostuvo Matías Bianchi, de Asuntos del Sur, citando a Bruno Latour: “si todo está en crisis, podemos rediscutir todo”.

En la primera conversación Estrategias de la sociedad civil para sostener la participación ciudadana (19/5/2020) estuvieron Virginia Romanutti de Red Ciudadana Nuestra Córdoba (Córdoba); Matías Bianchi de Asuntos del Sur (Buenos Aires); Luis Cardoso de Acción Colectiva (Rosario) y Facundo Heras de Nuestra Mendoza (Mendoza). Moderó Hinde Pomeraniec.

En la segunda conversación Los gobiernos locales ante las demandas ciudadanas de participación (21/5/2020) disertaron Alejandra Torres (Secretaria de Planeamiento, Modernización y Relaciones Internacionales de Córdoba); Fernando Straface (Secretario General de Relaciones Internacionales de CABA); Laura Bartolacci (Subsecretaría de vinculación ciudadana de Rosario); Martín Appiolaza (Director de Prevención, Participación Comunitaria y Derechos Humanos de la Municipalidad de Godoy Cruz, Mendoza) y Gabriela Riveros (Directora de Planificación Estratégica de Municipalidad de Maipú, Mendoza). Moderó Hinde Pomeraniec.

LA CAMPAÑA CONTRA LA CUARENTENA, O SEA CONTRA LA SOCIEDAD ARGENTINA

LA CAMPAÑA CONTRA LA CUARENTENA, O SEA CONTRA LA SOCIEDAD ARGENTINA

He elegido esta nota de Zaiat porque es categórica en cuanto a la descripción de esta fuerte movida del macrismo residual, los medios amigos y los trolls y bots que manejan la campaña en las redes.

Creo que es un sector minoritario de la sociedad el que apoya esta embestida contra la estrategia que, hasta ahora, nos ha venido guardando de vivir situaciones trágicas como otros países del mundo, pero esta campaña –que incluye noticias falsas de revueltas populares- le da una dimensión mucho mayor.

No estoy minimizando la dura situación que vive Argentina como gran parte del mundo, sino que la gente sigue bancando la cuarentena porque cree que es lo mejor que se puede hacer para preservar la salud pública.

Con esta entrada intento colaborar con esa gente que está sufriendo tanto, para que no se desanime por creer que tanto sacrificio es en vano, y piense que el Gobierno está equivocado y que hay que romper la cuarentena.

NO ES ASÍ, Y EN LA ENORME MAYORÍA DEL PAÍS, COMO EN MENDOZA, LA CANTIDAD DE INFECTADOS ES BAJA, Y SE ESTÁ AVANZANDO EN LA APERTURA, PERO CON LA NECESARIA PRUDENCIA QUE REQUIERE LA SITUACIÓN.

NO CREAMOS A QUIENES NO LES IMPORTAN LOS MUERTOS QUE COSTARÍA ESA APERTURA IRRESPONSABLE.

Dispositivo mediático de confusión sobre la situación social, política y económica del aislamiento social

Campaña anticuarentena, fake news y culto a la muerte

https://www.pagina12.com.ar/268184-campana-anticuarentena-fake-news-y-culto-a-la-muerte

La militancia anticuarentena, que lidera el Grupo Clarín con sus diarios, radios y canales de televisión, seguido por La Nación, el Grupo América e Infobae, es tan irresponsable socialmente como mezquina en términos políticos e ignorante de la cuestión económica. Desprecian el destino sanitario de las personas mayores y de los grupos socioeconómicos vulnerables.

Por Alfredo Zaiat

Es tan potente el dispositivo mediático del poder económico que es necesario hacer aclaraciones obvias.

Quién puede estar contento o cómodo cuando se alteró en forma tan fuerte la rutina y los vínculos personales y familiares.

Quién puede estar feliz si por la cuarentena y por precaución no se está viendo a los padres ni hay reuniones con amigos.

Quién no está angustiado, ansioso y preocupado por la violenta alteración de la vida cotidiana.

Es tan evidente el hastío por esas restricciones que genera incomodidad tener que aclararlas para señalar que la campaña anticuarentena, que lidera el Grupo Clarín con sus diarios, radios y canales de televisión, seguido por La Nación, el Grupo América e Infobae, es tan irresponsable socialmente como mezquina en términos políticos e ignorante de la cuestión económica.

Todo es debatible en democracia, pero no se transita el sendero de la racionalidad, en caso de ser bienintencionados, y de la honestidad intelectual, en muchos otros dedicados al entretenimiento periodístico, cuando se hace gala de la soberbia de la ignorancia al desafiar la evidencia científica y empírica. La controversia con la militancia social y periodística anticuarentena se parece a las discusiones delirantes con grupos terraplanistas y antivacunas.

Con fake news y apelando a la angustia personal por la cuarentena, lo que hacen es una provocación abierta a que una parte de la sociedad, atrapada por el cansancio, el miedo económico y la confusión, termine despreciando el destino sanitario de las personas mayores y de los grupos socioeconómicos vulnerables.

Trabajan para que la mayoría de la sociedad acepte que los adultos mayores y pobres se mueran por coronavirus. Esto es lo que ha sucedido en Suecia, Italia, España, que han dejado morir a las personas mayores contagiadas porque sus respectivos sistemas sanitarios han colapsado; o en Estados Unidos y en Brasil, donde el coronavirus se concentra en pobres e inmigrantes.

Existen datos objetivos, irrefutables, que muestran cuál es el saldo sanitario de la opción anticuarentena. El saldo es un desastre humanitario, fosas comunes, cementerios desbordados y, además, derrumbe económico.

La sociedad argentina posee una larga y rica historia de movilizaciones y resistencias sociales y políticas que no soportaría cantidades de contagiados y muertes como se anotan diariamente en Brasil, Chile, Perú, Italia, España, Gran Bretaña o Estados Unidos.

El objetivo político de los militantes anticuarentena es erosionar entonces la elevada aceptación social y política que hoy tiene el gobierno de Alberto Fernández. La campaña la lideran grupos conservadores porque les irrita que CFK y el kirchnerismo tengan un papel destacado en la alianza de gobierno.

O sea, la obsesión patológica con CFK y, fundamentalmente, lo que ella representa en términos de disputa histórica por el tipo de proyecto de país, no respeta ni el riesgo de vidas por la pandemia global.

Si se analiza la historia argentina, se descubre que los sectores reaccionarios no han respetado la vida, más bien son cultores de la muerte de los desvalidos, vulnerables y rebeldes: el combate a los gauchos, la matanza de comunidades indígenas en la Campaña del Desierto, la persecución y muerte de anarquistas y socialistas a principios del siglo pasado, el “Viva el cáncer” de Evita, el bombardeo a civiles en la Plaza de Mayo, los fusilamientos de José León Suárez, hasta la muerte y desaparición de miles de personas en la última dictadura militar.

¿Por qué sería diferente ahora con la pandemia del coronavirus?

Ahora bien, es evidente que la economía está sufriendo y mucho con la cuarentena. Pero no sólo sufre la economía argentina; la economía mundial ha colapsado.

Cada uno de los países en crisis está viendo cómo encontrar una “nueva normalidad” en el funcionamiento de la economía. También se la está buscando en Argentina. Mientras, el Estado tiene que mejorar en rapidez y eficacia la inmensa red de contención previsional, social y económica (empresas y trabajadores) que se diseñó para la emergencia.

Es una obviedad que la cuarentena tiene costos económicos, pero la apertura como la piden los anticuarentena también los tiene. La economía no se recuperaría si se terminara de un día al otro el aislamiento social preventivo y obligatorio en la región del AMBA. El aumento exponencial de contagios y el crecimiento geométrico de muertos siguientes paralizaría también a la economía.

Es necesario ir adaptando el funcionamiento del sistema económico a esta nueva realidad en los lugares de trabajo y en los medios de transporte.

Nadie se enamora de la cuarentena. Es una mentira más que se suma a la extensa lista de fake news del dispositivo mediático dominante. La estrategia argentina fue preparar el sistema de salud luego del desastre dejado por los gobiernos de Mauricio Macri y María Eugenia Vidal, para luego ir abriendo con prudencia en los lugares donde hay pocos o ningún caso y concentrando la atención en el Área Metropolitana porque es la zona de más riesgo.

Se sabe que la cuarentena no es la solución; es un paliativo. La solución es una vacuna o un tratamiento que baje radicalmente la mortalidad del coronavirus. Todavía no hay vacuna ni ese tipo de tratamiento médico.

Somos contemporáneos de un evento extraordinario, como es esta pandemia global. No es algo que se elige; es una crisis con la que se tiene que aprender a convivir, situación personal y emocional que no es fácil, pero que exige reafirmar que el camino en sociedad no es el individual del sálvese quien pueda, sino el colectivo de cuidarse para cuidarnos y de ser solidario con el otro.

OBJETIVO INELUDIBLE: UNA MENDOZA SOSTENIBLE Y SUSTENTABLE

OBJETIVO INELUDIBLE: UNA MENDOZA SOSTENIBLE Y SUSTENTABLE

Esta nota del Diario Los Andes que agrego abajo encara un tema crucial para Mendoza: el uso del territorio mendocino.

Me ha parecido un buen aporte, por eso lo rescato, pero quiero agregar algo a este replanteo de nuestra ruralidad. Hay otro aspecto que se ha hecho evidente en el contexto de la pandemia del coronavirus: la aglomeración en ciudades de manera no sostenible ni sustentable, como sucede en las villas de la CABA. No voy a entrar en la descripción de esos ambientes, porque los hemos visto hasta el cansancio por estos días, pero es claro que la vida en ellas no responde a los parámetros de calidad mínimos para una existencia razonablemente plena.

No voy a entrar en temas técnicos sobre los que no tengo formación, pero está claro que Mendoza no ha desarrollado un proyecto político (ni este Gobierno, ni sus predecesores) que tienda a mejorar la sostenibilidad ni la sustentabilidad de sus urbes.

La Fundación OXFAM Intermón, en su blog https://blog.oxfamintermon.org/cuales-son-las-caracteristicas-de-una-ciudad-sostenible/, dice: “Una ciudad sostenible es aquella que ofrece calidad de vida a sus habitantes sin poner en riesgo los recursos, ya que vela también por el bienestar de la humanidad futura y procura la justicia social.”

Más adelante: “Lo sostenible es lo que se abastece a sí mismo y garantiza su continuidad en el tiempo. En este caso, se refiere a la capacidad de las ciudades para desarrollarse bajo criterios ecológicos y de igualdad social.”

Es una nota que vale la pena leer para tener una mejor comprensión no solo de la ruralidad, sino también de lo que necesitamos requerir a nuestra sociedad, y a quienes aspiren a su conducción política.

El Gran Mendoza no da para mucho más, y si observamos el modo en que ha crecido, lo podemos comprobar sin mayor dificultad. Es cierto que, si se concretaran algunos temas pendientes, algunos poco probables: sistema de transporte colectivo, una avenida de circunvalación, red de agua potable y cloacas, etc., esto podría mejorar, pero ya –a mi criterio- es tarde para reparaciones, hace falta algo más integral y perdurable.

Repito lo que he dicho varias veces: no hemos tenido Gobiernos con proyectos políticos que merezcan ese nombre. Pongo como ejemplo el viaducto sobre Vicente Zapata: más allá de que permite superar mejor el nudo vial en la circulación Norte Sur y viceversa, solo ha servido para aumentar la cantidad de vehículos que entran a la ciudad. Podría citar otros de Gobiernos diversos, pero es suficiente para demostrar lo que afirmo.

Se ha hecho un avance cualitativamente muy importante, que es la Ley de Ordenamiento Territorial, sancionada en el 2017, después de ocho años de trabajo colaborativo muy destacable.

Hay Municipios que han elaborado –o están elaborando- sus propios planes de Ordenamiento Territorial, pero no es lo mismo que un proyecto político de un Gobierno, ya sea para ejecutarlo o como propuesta electoral.

En general, se trabaja en estos Planes de OT con seriedad, se termina desarrollando una propuesta local de OT, se la presenta en un acto público, pero de ahí de que el Municipio ajuste todas sus acciones a esa propuesta, hay una larga distancia.

Está claro que planificar es más fácil que llevar a la práctica, pero también que se sigue gobernando sin un plan de envergadura. O sea que no se llega al Gobierno por presentar la mejor propuesta política y social.

Por lo tanto, la sociedad debería plantearse que, si no cambia su actitud y criterio, informándose bien y con la objetividad posible –nada fácil en esta Argentina de medios direccionados y bandas sectarias de trolls-  para decidir qué es lo mejor para nosotros/as y la sociedad en su conjunto, estos problemas de sustentabilidad y sostenibilidad no terminarán, por el contrario, se agudizarán.

Por lo menos miremos nuestra realidad cercana: si tenemos problemas con el agua y/o las cloacas, si el acceso a nuestras casas es muy difícil, si no tenemos caleros automáticos accesibles, si no hay conectividad, o es muy mala, si no tenemos acceso a viviendas dignas y económicamente accesibles, o si falta –o es deficiente- cualquier otro servicio o elemento de la infraestructura que tenga que ver con una “ciudad sostenible” en una Provincia sustentable, anotémoslo, y hagámoslo conocer a los espacios políticos para que digan cómo solucionarían esas carencias si llegan al Gobierno.

Si no lo hacemos, nos seguirán diciendo algunas frases vacías, más o menos llamativas, y seguirán haciendo lo mismo que han venido haciendo los Gobiernos hasta ahora: poco, y sin un plan maestro que sea parte de una estrategia de desarrollo que se mantenga en décadas.

SI NO LO HACEMOS, SIGAMOS HACIENDO POLÍTICA EN LAS REDES, Y PAVADAS EN TIK TOK, PERO NO NOS QUEJEMOS DE LOS POLÍTICOS: SON COMO SON PORQUE LA SOCIEDAD NI GENERA POLÍTICOS MEJORES, NI ACTÚA PARA QUE LA REALIDAD SEA DISTINTA Y MEJOR.

De la ciudad “respirable” a la ruralidad sustentable

Desde la urbe siempre vimos al desierto y al oasis del que formamos parte como espacios “proveedores” de alimentos o petróleo.

Por Eduardo A. Sosa – Licenciado en Gestión Ambiental

https://www.losandes.com.ar/article/view?slug=de-la-ciudad-respirable-a-la-ruralidad-sustentable-por-eduardo-a-sosa

Quiero efectuar un pequeño aporte a la nota del arquitecto Diego Kotlik de fecha 11 de mayo del corriente, que tan bien expone lo que debería ser Mendoza en el ordenamiento de su territorio una vez que esta pandemia pase o sus efectos se reduzcan.

Si bien es cierto que una enorme mayoría de la población mendocina vive en urbes, hay un extenso espacio rural que espera medidas urgentes de organización para poder subsistir frente al avance de lo urbano, el acelerado cambio de uso del suelo rural-agrícola, las recurrentes crisis económicas de la producción agropecuaria y el avance sobre el piedemonte, solo por nombrar algunas causas de los desequilibrios territoriales.

El futuro de Mendoza no solo está en el adecuado diseño de sus ciudades sino también en la preservación complementaria de la ruralidad, de un buen vivir que debe incorporar la modernización y los progresos que son comunes en las urbes, pero también la reconversión hacia cultivos más ecológicos y orientados a la búsqueda de nuevos mercados, el desarrollo de emprendimientos de alto valor agregado, la creación de pymes ligadas a nuevos gustos del consumidor como el cultivo y comercialización de verduras y frutas orgánicas, la promoción de las energías renovables y de la eco-eficiencia, el cuidado de los valores de la ruralidad que son muy codiciados cuando uno vive en las ciudades y desea retener parte de esa mística del campo, el fomento del turismo ecológico y rural ligados a la belleza y la cultura del oasis, el apoyo a cultivos y ferias locales y tantas otras iniciativas de desarrollo que pueden intentarse.

Esta nueva ruralidad también va de la mano de infraestructura y equipamiento que debe proveer el Estado en función ya no de los intereses políticos o las urgencias, sino en la planificación territorial participativa y en alianzas con sectores de la economía que se benefician con las mismas.

Esto también incluye una nueva mirada de las tierras áridas, vistas como desiertos por la mayoría pero que posee una extraordinaria diversidad biológica e incontables bellezas para proteger y utilizar racionalmente.

Desde la urbe siempre vimos al desierto y al oasis del que formamos parte como espacios “proveedores” no solo de alimentos sino de maderas, petróleo o materiales para nuestras viviendas, pero nunca los integramos a nuestro vivir cotidiano como comunidad.

Pienso que es hora de revalorizar la ruralidad y ordenarla convenientemente para que los miles de mendocinos que viven en ella puedan permanecer allí y proyectarse en un futuro que no implique abandonar sus tierras, sus sueños y pasar a convertirse en la masa de refugiados económicos y ambientales que pueblan las periferias de nuestros aglomerados urbanos.

Si el gobierno provincial se activa y desarrolla todos los planes y actividades que prevé la ley de ordenamiento territorial y el Plan Provincial de Ordenamiento Territorial que duerme desde su aprobación en 2017, este futuro será posible.