José Natanson, en una
nota del 21 de agosto (The end of the grieta, última parte – https://www.pagina12.com.ar/213502-the-end-of-the-grieta-ultima-parte), analiza los resultados de las PASO y
hace una síntesis que me parece valiosa en esta etapa tan decisoria para el
futuro de la Patria.
Estamos frente a una variedad –tan diversa como interesada-
de interpretaciones del momento histórico post PASO: sin mayor detalle, en
general vienen de ambos lados de la “grieta” (para usar la denominación del
relato macrista).
Hace poco leía al mismo Natanson, que decía: “La grieta es
una forma de gobernar la Argentina desde una minoría intensa.” (Devorados por
la grieta, José Natanson, Le Monde Diplomatique). Este concepto me interesó,
porque explica los vaivenes de la República Argentina, y sus crisis cíclicas.
Más de allá de que el análisis completo merecería alguna discusión (habría que
considerar el papel de las Fuerzas Armadas, que interrumpieron muchas veces la
continuidad democrática y sus proyectos de país), es real que las minorías
intensas no han podido consolidar una estrategia de desarrollo que haya
permanecido en el tiempo, como sí lo ha logrado Chile, más allá de la opinión
que nos merezca este modelo de país.
O sea que las minorías intensas pueden permitir ganar
elecciones, como lo hicieron el kirchnerismo y el macrismo, pero se hace muy difícil
establecer un proyecto de país que incluya al resto de sus habitantes.
Es bastante conocida la descripción de Argentina que
establece que un cuarto de su población es macrista y otro peronista. Más de
allá de la discusión de los porcentajes en más o en menos, es una división
real, y ganaron elecciones, y fueron Gobierno, pero no lograron concretar un
proyecto valorado positivamente por el resto de la sociedad, y el necesario
éxito para lograr continuidad.
No voy a intentar analizar el tema de la grieta (la nota de
Natanson es muy interesante, léanla), sino el de la oportunidad inigualable de
superarla.
Hay varias razones concurrentes para sostener lo de
inigualable: el fracaso de ambas propuestas en construir un proyecto en el que
se puedan encontrar la mayoría de los/las argentinos/as; el rechazo que genera
en muchos/as de nosotros/as la actitud facciosa e intolerante de sectores de
esas fuerzas; el deterioro social que hace insostenible seguir así, sin
acuerdos básicos que integren a la mayoría de la población; la aparición de
fuerzas renovadoras que pretenden una sociedad mejor y más equitativa, como el
feminismo; la importante capacidad del país para aspirar una sociedad más
desarrollada y equitativa, como la Educación y Salud pública, la estructura
científico tecnológica, el sistema industrial, las redes de la sociedad civil
que están permitiendo que el país no
estalle, y bastante más. Es cierto que el deterioro que ha producido este
pésimo Gobierno es mucho, pero, si logramos estos acuerdos de que hablo, se
puede empezar otra vez, como tantas otras, pero con una expectativa de un
proyecto perdurable que permita que los/las argentinos/as tengamos la calidad
de vida que merecemos.
No ha sido un camino producto de un plan, sino de sucesivas
pruebas y errores, que nos han traído hasta esta instancia preelectoral, en una
situación ya vivida de default (selectivo, técnico, virtual, o como se llame),
pero, de cualquier manera, estamos frente a una propuesta que busca construir consensos,
con la mayor cantidad de gente incluida y que la mayoría de los sectores
sientan que pueden mejorar con ella, porque van a encontrar alguna solución a
sus necesidades y problemas.
Debemos aprovecharla: informarnos, participar, no creer sin
chequear otras fuentes en la marea de información (mucha falsa o sesgada, o
interesada, o todo junto) que nos llega, y elegir candidatos/as desde nuestra
conveniencia, más allá de las influencias que nos acosan.
Ya las PASO, y las elecciones municipales del 1/9/2019 han
mostrado que una buena parte de la sociedad entiende esto.
Profundicémoslo en lo posible: no nos
dejemos engañar: hace un buen tiempo que el Gobierno de Cornejo realiza una
profusa campaña electoral que muestra, a costa de fondos públicos, los logros
de su gestión. Es un lugar común de la política accionar en función de lo que
le dicen las encuestas o los grupos focales (focus groups) y no por una
estrategia de Gobierno basada en planes a corto, mediano y largo plazo y en una
concepción política que determine que es lo mejor para la sociedad. Entonces,
se pavimentan quince cuadras (es solo un ejemplo, pero basada en la observación
de la realidad), y se dejan pendientes las anteriores o posteriores, o se hacen
obras vistosas y que se pueden vender en los medios, en lugar otras más
necesarias, pero no tan mediáticas. Estoy eludiendo intencionadamente
referencias concretas para no caer en polémicas, pero las hay, y muchos/as de
ustedes las conocen.
Seamos decididos, nos estamos
jugando, no solo nuestro futuro, y el de nuestros/as hijos e hijas. Tengo
varios amigos que los han despedido porque buscan horizontes que les permitan
realizarse.
ESTÁ EN JUEGO NUESTRO MODO DE VIDA,
NUESTRA EXISTENCIA COMO CLASE MEDIA, DEFENDÁMOSLO DE LA MEJOR MANERA POSIBLE,
VALE LA PENA.
Les dejo un fragmento de la nota en la que he subrayado lo que me
parece más relevante para el sentido de la nota:
“La perspectiva moderada del Frente de Todos –la
propuesta de salir del laberinto por el centro- prevaleció sobre la apuesta
polarizante del macrismo, aderezada ahora con el macartismo de Miguel Angel
Pichetto. Por primera vez desde 2011, la gente eligió otra cosa. La
macroeconomía de Nicolás Dujovne pudo con la microsegmentación de Marcos Peña.
Y, sin embargo, por debajo de triunfos y derrotas, la sociedad macrista
persiste: un tercio de los argentinos dispuesto a votar a Macri aún en las
peores circunstancias y un tercio dispuesto a pensar su voto de acuerdo a una
serie de factores, de los cuales el económico, para felicidad de los politólogos,
sigue siendo el principal. Y así como ese tercio duro, y en menor medida ese
tercio blando, siguen presentes, también las corrientes sociales y las
sensibilidades que les dieron vida: la meritocracia, el valor del esfuerzo
individual, la desconfianza respecto del Estado, la idea de que ascender
socialmente implica privatizarse (en salud, educación, seguridad de barrio
cerrado); todo lo que –en fin- le permitió al macrismo ganarle al peronismo en
dos oportunidades y ahora lo esperanza con la posibilidad de retener su tercio.
La sociedad argentina salta cruelmente de la hegemonía a
la explosión. El alfonsinismo, el menemismo y el kirchnerismo también lo
tuvieron todo en un momento, y nada o casi nada al día siguiente. ¿Qué quedaba
del alfonsinismo en julio de 1989, después de la entrega anticipada del mando?
¿Qué del menemismo en junio del 2001, con el ex presidente paseando por los
jardines de su prisión domiciliaria en la quinta de Gostanian? ¿Y qué quedaba
de Cristina en diciembre de 2017, después de la tercera derrota consecuentiva
en la provincia de Buenos Aires, antes de que decidiera iniciar el camino que
terminaría en Alberto? Si en el pasado los ciclos políticos duraban décadas,
hoy todo se acelera: Emannuel Macron también pasó de Napoleón al presidente
peor valorado de Europa en unos años. Podemos pasó del sorpasso a la derrota.
El tic tac late frenético, pero el “pueblo macrista” va a seguir ahí,
incorregible, con sus choriplanes y sus Tigres Verón.
Encender la economía, restañar la herida social y cerrar la
grieta, tal los mandatos de Alberto. Recuperar la impronta nestorista del
2003-2007, recrear un kirchnerismo pre 125, lo que a su vez plantea dos
cuestiones. La primera es económica: ninguna de las condiciones que habilitaron
el éxito de crecimiento y bienestar del primer kirchnerismo se verifican hoy
(China ya no crece a tasas chinas, la soja vale la mitad y la Argentina no se
encuentra en default, es decir que hay que seguir pagando la deuda). La segunda
es política: el imperativo de Alberto es cerrar la grieta y abrir el gobierno,
más que renovar la política. Porque además ya no está claro qué significa
renovar la política, tras una década de ministros sub-40 y embajadores sin
corbata, de importación de figuras de la sociedad, el deporte y la empresa.
Entonces abrir, como en su momento hizo Néstor (con Alberto) sumando a una
Graciela Ocaña, una Marta Oyhanarte, pero también buceando entre los restos del
Frepaso, conquistando a los radicales de saldo. Quizás ahora el camino consista
en pensar en territorios, sectores y sensibilidades descartados por el
kirchnerismo, apelar a una pedagogía infinita para seguir yendo a Córdoba,
recuperar el diálogo con el agronegocio y la clase media de Caballito. ¿Qué
significa ser nestorista hoy? ¿Qué ESMA hay que convertir en qué museo? Y la
pregunta que se viene: ¿cómo se construye un nestorismo de la escasez?
La posición constructiva de Alberto en estos días de dólar
al palo e ingobernabilidad, la tranquila sobriedad de su diálogo con Marcelo
Longobardi y el cruce telefónico con Macri revelan la ubicación de un dirigente
consciente de que todavía no es presidente y que tiene la chance de estirar la
victoria (hasta la Ciudad está hoy en disputa), pero que cuando asuma se
encontrará con una situación complicadísima que exigirá mucha responsabilidad y
litros de sangre fría.”
Siempre tuve críticas
a Arturo Lafalla. Me pareció una gestión despareja: quiso reformar la Policía,
y había cosas buenas en la propuesta, aunque no fue continuada por Gobiernos
posteriores, y hoy, Cornejo, en línea con Macri Bullrich, ha retrocedido en
conceptos que tenían que ver con el pensamiento moderno sobre los DDHH y el
delito, pero también cerró el Banco de Mendoza.
Más allá de esta
evaluación, es un político formado, y que sigue la realidad nacional y
mendocina con atención, y con una mirada desde principios peronistas en
relación con la justicia social, la independencia económica y la soberanía
política.
Hoy, 29 de agosto de
2019, publicó en el Diario Los Andes la nota de opinión que reproduzco abajo
porque me parece un análisis realista, aunque duro, de la vitivinicultura
mendocina. Conozco esta realidad, y es como describe Lafalla: un sector
concentrado, con muchos capitales extranjeros, que gana y prospera (el
enoturismo es un ejemplo de eso), y una gran mayoría de pequeños productores
que apenas sobreviven, o que han abandonado sus plantaciones.
Pienso que la solución que plantea la nota es válida, pero
parcial, y se necesitaría desarrollar un proyecto político más integral. Es
posible, la vitivinicultura es un sector con alta organización, que cuenta con
un PEVI, que fue adelantado respecto de otros sectores económicos.
Está claro que lo central es este PROYECTO POLÍTICO, y hay
que reclamarlo al próximo Gobierno, porque el Gobernador Cornejo es
responsable, por esa condición, de esta triste situación de nuestra industria
madre.
Cornejo fue adalid del macrismo, y descalificó
permanentemente a los Gobiernos peronistas desde una cruzada anti populista que
no condice con las ideas del Radicalismo, y será parte, creo, de las revisiones
internas que generará, sin duda, este fracaso político terrible de todo el
macrismo, UCR incluida. Hoy hay sectores del Radicalismo, que, fieles a su
ideario, apoyan las fórmulas del Frente Para Todos. Es saludable para la
democracia y la política que así sea.
Ya bastante dura es la vida del
viñatero, pendiente del granizo, de la helada, la inflación, para que, además,
los Gobiernos no le den el apoyo que merece.
La odisea de los giles (la de los
viñateros mendocinos)
Por Arturo Lafalla – Abogado – Exgobernador de Mendoza
La excelente película argentina narra la historia de unos
pocos habitantes humildes del interior a los que, en la época del “corralito”,
un inescrupuloso gerente de banco asociado con un abogado se apropia
“legítimamente” de sus ahorros.
Con decisión los damnificados luchan por recuperar sus dólares
que estaban destinados a reabrir bajo el régimen cooperativo una antigua
acopiadora de granos abandonada del pueblo en que vivían. Esa es su “odisea”.
Nuestros viñateros,
los giles de la película
Algo similar, se me ocurre, les pasa a nuestros viñateros.
El fruto de su esfuerzo, el precio de la uva, está destinado invariablemente a
continuar con el cultivo. Esto es volver a podar, abonar, curar, regar, etc.
hasta la nueva cosecha y además reconvertir y tecnificar el viñedo. De lo
contrario se quedan fuera de “mercado”. Esto es, se vuelven “ineficientes”
porque la calidad y/o cantidad de la uva que producen no cubre los costos y por
ende “game-over”; en criollo, están fundidos y deben vender y dedicarse a otra
cosa. Obviamente la renta para su subsistencia o ahorro es una variable que el
“mercado” no contempla.
¿Qué ha pasado con el
precio de la uva?
Analicemos según datos de Bolsa de Comercio Mza y en el
siguiente orden: Año, varietal, origen,
precio por Kilo, kilos cosechados, valor del dólar
* 2015, bonarda, Rivadavia, $2,13, u$s0,23, cc 1.169.900,
$9,25
Paciente lector, haga las cuentas que quiera y deme por
favor una explicación “racional” de estos valores. Las dos cosechas de mayor
volumen 2,3/2,4 millones de kilos fueron los dos extremos en precio en dólar,
¡¡¡casi 6 veces de diferencia!!! ¿El vino que Ud pagó para consumir sufrió esta
variación de precio? ¿El consumo per cápita o volumen de exportación sufrieron
estos cambios? Rotundamente no, pero ese es el “mercado” ¿no? Entonces si no
fue el mercado el que determinó estos cambios, ¿quién los generó?
Si Ud hubiera tenido algún dinerito para ahorro, ¿lo hubiera
invertido en una viña? Los viñateros y tantos otros sí.
La provincia
“ordenada”
Esto ocurre en la provincia “ordenada” de la que hace gala
el gobernador Cornejo. ¿Qué entenderá por “ordenada” nuestro Gobernador? ¿O los
giles son tan giles que no entran en las “cuentas ordenadas”?
Recientemente, hubo algún escándalo público por el salario
del Superintendente de Irrigación, al que están atados los sueldos de menor
jerarquía. Hace falta el producido bruto de 24 has de bonarda de Rivadavia para
abonar el salario anual de quien es el encargado de organizar la distribución
del agua para que los giles de esta historia rieguen sus cultivos.
Nadie diría que todo esto es justo, ni conveniente, ni
deseable. Es por cierto “legal” y/o consecuencia de las reglas del “mercado”.
El mercado y las
reglas existentes
Volvamos al razonamiento, entiendo lo del mercado, lo de las
reglas existentes. De ninguna manera, en esta historia, se me ocurriría afirmar
que hay un problema de buenos y malos, y que el mismo se resuelve con una
guerra. Nunca las guerras resuelven ningún problema, que quede claro, pero
tampoco se puede pretender que los giles sigan siendo giles hasta que se mueran
mientras los gobiernos miran para otro lado. Estos temas de alta conflictividad
y que nos involucra a todos los debe resolver la Política. Es un problema de
sistema, de sistema de funcionamiento económico, en el que se privilegia la
renta financiera por sobre la actividad productiva.
Este gobierno que tenemos ha utilizado insistentemente
herramientas para intentar recobrar el necesario, indispensable diría,
equilibrio macroeconómico. El resultado ha redundado en un inmenso beneficio
para la especulación financiera por sobre la renta de la producción, con el
agravante de que ha duplicado la inflación, quintuplicado el endeudamiento y
profundizado gravemente la recesión económica, sin poder olvidar que aumentó
mas de seis puntos la pobreza.
Pruebas al canto, ¿en estos cuatro años quiénes perdieron y
quiénes ganaron? Ganaron los capitales (no importa el monto) destinados a la
especulación financiera, perdieron (no importa el monto) los que invirtieron en
producir.
La odisea de los
giles
No se trata ahora, como en la película, que los giles se
queden con la torta. Se trata de encontrar un sistema en el que, el que haga el
esfuerzo del trabajo y la producción sistemática, en este caso, aceptando que
su uva tiene que adecuarse a lo que el consumidor quiere, reciba una retribución
que le permite continuar su explotación y vivir.
Con ello dejaría de ser un gil, nada más, ¡¡ni nada menos!!
Es un problema de sistema. Tengo el convencimiento, sin ser
experto en la materia, que para modificar este perverso sistema generador de
giles como nuestros sufridos viñateros, el gran instrumento es el sistema
impositivo. Uno que estimule, promueva, aliente la inversión productiva, la
solidaridad, la desconcentración de riqueza y desaliente la concentración, la
renta financiera, obviamente en un respeto absoluto de las libertades
ciudadanas que garantiza sabiamente nuestra Constitución.
Esta es la tarea de la Política, de los políticos, no armar
guerras de buenos contra malos, que nunca sabemos quiénes son los unos y los
otros, sino encontrar soluciones, armar un sistema de funcionamiento económico
que equilibre las distintas fuerzas productivas que una sociedad libremente
genera y necesita. En términos muy antiguos una armonización entre el capital y
el trabajo donde se priorice el desarrollo humano integral por sobre la
acumulación de capital y su exhibición obscena, donde se priorice conjuntamente
con el imparable y espectacular avance tecnológico en todas las áreas que el
mismo no se desvincule del ya mencionado desarrollo humano integral.
ARGENTINA EN DEFAULT SELECTIVO: YA NOS HABÍA PASADO, PERO AHORA ES PEOR
Hoy, finalmente, el Gobierno admitió el fracaso de su plan económico, y, por lo tanto, del político, porque siempre planteó su éxito como medida del proyecto del macrismo. Página 12 lo titula así:
El Gobierno no puede pagar y pide más plazo.
Lacunza anunció la reestructuración de la deuda pública
“Después de una jornada frenética en los mercados financieros, con otra pérdida de reservas de más de 500 millones de dólares, el ministro de Hacienda reconoció la imposibilidad de cubrir los vencimientos en tiempo y forma y planteó una reestructuración general de la deuda, de corto y largo plazo, local e internacional. Lacunza también admitió que está virtualmente caído el acuerdo con el FMI y planteó que se buscará “reperfilar” los vencimientos con el organismo. No se privó de atacar a los opositores.”
Es una situación semejante a lo que pasó en el 2014, cuando los fondos buitres no aceptaron el pago de Argentina y fueron a los Tribunales de Nueva York (Juez Griesa).
Se declaró un default selectivo; esto significa que de todas las deudas que tiene un país, no se está cumpliendo con una parte.
Es conocido el final de esta historia, y no lo digo porque tengamos un riesgo inminente de caer en las manos (garras, mejor) de los holdouts, pero nos acerca, porque este riesgo país de 2012 puntos básicos, permite a los capitales especulativos adquirir nuestros bonos a valores muy bajos, y aumenta la dependencia económica y financiera.
El Gobierno hablo de “reperfilamiento”, lo que es un eufemismo por restructuración, palabra que quiere evitar. Algunos lo llaman MEGACANJE, y no es un término alocado.
¿Qué se anunció?
“El Gobierno anunció una reestructuración de deuda con bonistas, bancos y el Fondo Monetario Internacional. Tras reconocer la imposibilidad de afrontar los próximos vencimientos de deuda, lo que quedó reflejado en que la licitación de letras de este miércoles quedó desierta, el ministro de Hacienda, Hernán Lacunza, presentó cuatro puntos que buscan extender los plazos de vencimientos de estos y otros instrumentos. La voluntad de los bancos y acreedores será clave para determinar si la operación tendrá o no éxito. Es decir, el gobierno de Cambiemos condujo a la Argentina a una nueva cesación de pagos. Una semana después de asumir, Lacunza reconoció que habrá que renegociar el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional y no informó si habrá un nuevo desembolso del organismo, como estaba previsto se hiciera el mes próximo. “Vamos a reperfilar los vencimientos con el FMI”, confirmó el ministro de Hacienda.”
Que sea selectivo, no quiere decir que no sea default, y mucho peor que el del 2014, porque, en ese momento, había una economía funcionando, y reservas en dólares, cosa que no ocurre ahora.
Veamos las medidas:
El primer punto corresponde a una renegociación de los plazos de Letes y Lecap en poder de los inversores institucionales, que representan el 10% de los tenedores, pero más del 90% del capital en esos instrumentos. Para éstos se extenderá entre tres y seis meses el vencimiento. Para los tenedores individuales no habrá, por el momento, una renegociación de los plazos de cobro, según informó el ministro. Lacunza no brindó detalles de cuál sería la estrategia si los bancos rehusaran no cobrar los vencimientos en tiempo y forma.
La segunda medida que anunció Lacunza es el envío al Congreso de un proyecto de ley para la reestructuración de deuda local, la cual se realizará sin quita de capital o intereses, contraviniendo la ley de administración financiera.
El tercero anuncio incluye una extensión de vencimientos de bonos bajo legislación extranjera y contengan cláusula de acción colectiva.
El último punto anunciado es el inicio de conversaciones para un “reperfilamiento” de los vencimientos con el FMI, los cuales caían principalmente en 2021-2022.
O sea que se llega a este default, medida dura y extrema, que va a crearnos muchos problemas, porque el Plan económico ha fracasado y no puede resolver la terrible situación del país, que –hay que recalcarlo- el mismo Gobierno provocó.
Las Letes y otras letras no se iban a renovar en buena parte, y esa plata iba a ir al dólar, aumentando la creciente dolarización del país. Es cirugía mayor, pero no para salvar al enfermo, sino para ganar tiempo, y que el país no se vaya de las manos.
El Ministro, mintiendo, claro, dice que va a ser una solución, no solo a corto plazo, sino para el próximo Gobierno; en realidad, este “reperfilamiento”, nos aumenta la deuda, globalmente, en un 20%, y no se tocan los intereses ni capital, solo se hace un nuevo plan de pagos. Por ejemplo, un pago que había que hacer en agosto, pasa a noviembre.
De todos modos, puede funcionar el algún sentido, si se aumenta la sequía de la plaza financiera, se incrementará la recesión, y, por lo tanto, se reducirá el impacto inflacionario de la mega devaluación post PASO, pero no es mucho más que una prolongación de la agonía para poder irse sin que el país estalle en llamas
¿Y la vida cotidiana de los argentinos?
Seguirá empeorando: los remedios subieron un 30%, los fideos secos, un poco menos. Mucha gente ya no pagaba los servicios, así que el congelamiento no les cambia mucho la vida. Las Pymes siguen cerrando, y hay –y seguirá habiendo- más gente sin trabajo.
El Gobierno actúa como ese jugador de fútbol que sabe que lo van a echar, e intenta llevarse a un contrario con él. Por lo tanto, intentan pegar a Alberto Fernández a su crisis, y si no, lo acusan de querer perjudicar al macrismo, porque los peronistas siempre quieren echar los Gobiernos no propios. Lacunza lo dijo explícitamente, y con poco saber histórico, diciendo que en los últimos 90 años –¿alguna precuela peronista que no conocemos? – el Peronismo no ha dejado que los Gobiernos de otro signo terminen sus mandatos.
El FMI también intenta sacarle a Alberto Fernández algún compromiso, aunque más no sea en una declaración, para la negociación que habrá que hacer en algún momento.
Lo seguro es que, con este Plan, como ya ha ocurrido antes, solo ganarán los especuladores económicos y políticos, y no la gente, que deberá seguir esperando que asuma un nuevo Gobierno que quiera de verdad la felicidad del pueblo argentino.
La actualidad de Argentina y el Mundo, Noticias vistas desde Mendoza por el Profesor Adolfo Ariza. Realidad, Información y Medios de Prensa en notas con una mirada local y abierta.
Profesor y Licenciado en Literatura. Coordinador Área de Vinculación – Secretaría Desarrollo Institucional – UNCuyo entre 2008 y 2014 (Desarrollo Emprendedor). Responsable de Kusca Gestión Colaborativa para Empresas.
La designación de una persona por razones políticas no es ninguna
novedad, ni en la UNCUYO ni en otras reparticiones. Recuerdo que, cuando fui
designado Delegado Interventor de la Escuela del Magisterio, en 1973, recibí
alguna llamada consultándome si no había algún cargo para designar a una
persona. Nunca fui muy asequible para ese tipo de designaciones, así que nunca
las acepté, pero lo menciono como ejemplo de una práctica tradicional.
Por lo tanto, no me extrañó la Nota de Política del Diario
Los Andes del 26/8/2019, salvo por el hecho de que estas cosas no suelen
comentarse mucho en un medio que hoy apoya al oficialismo provincial. La UNCuyo
tiene un Rector que ha manifestado explícitamente su respaldo al macrismo,
hasta el punto de que se han planteado cuestionamientos formales a que el Ing.
Pizzi haya comprometido un apoyo institucional que no corresponde.
El Rector Pizzi estuvo siempre bajo la influencia de Cornejo
desde su campaña en el 2014, en la que recibió su fuerte apoyo, así como de la
UCR provincial. Por esta razón, el Gobernador tuvo que ver –incluso antes de
llegar a serlo- con la designación de los funcionarios del Gobierno de la
Universidad, y de las Facultades con Decanos que lo acompañaban.
No daré nombres, ni detalles, porque es historia vieja, y de
última, la decisión estaba entre las atribuciones del Rector. Sin embargo, en
las gestiones anteriores, el criterio había sido distinto: se valoraron la
capacidad y condiciones demostradas dentro de la Universidad, más allá de su
pertenencia política. En el Área de Vinculación que estuvo a mi cargo, las
designaciones se hicieron por medio de convocatorias abiertas y de selecciones
por antecedentes y capacidad. El mismo Ing. Pizzi, que había sido funcionario
en la gestión del Ing. Cobos, fue nombrado Secretario de Desarrollo
Institucional, y, a partir de ahí construyó su candidatura a Rector, cargo en
el que fue a contramano de muchos criterios que signaron la gestión anterior, y
que debieron ser contnuados.
El listado de Los Andes demuestra lo que digo, aunque haya
algún ejemplo de otra procedencia política.
La UNCuyo tiene una buena historia de convivencia política.
De hecho, las fórmulas Gómez de Erice – Somoza y Somoza – Kent (fallecido en
funciones en el 2011), eran de peronistas y radicales. Fueron convivencias no
siempre fáciles, pero productivas y buenas para la institución. En gran manera,
eso se perdió, aunque en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales haya un
buen ejemplo de Decana y Vice de distinta procedencia política.
Lo que sí no es bueno para la institución es la
incorporación, no de funcionarios, sino de agentes por razones políticas. Hablo
no solo de administrativos, sino de personal técnico, y aun profesional. El
Rector ha sido sensible a las presiones recibidas, y esto es una debilidad
institucional.
Tampoco ha sido bueno que varios funcionarios de Pizzi hayan
usado a la UNCuyo como trampolín político para posteriores designaciones en
ámbitos provinciales y, sobre todo, nacionales, bajo el Gobierno del Ing.
Macri.
En conclusión, quiero destacar que
todo este proceso a que aludo en la nota y que he pormenorizado en mi blog, no
ha sido positivo para mi querida UNCuyo, y que debiéramos empezar a pensar –y
actuar en consecuencia- en una futura gestión que refleje toda la riqueza
universitaria, con amplitud y sin sectorizaciones, porque Mendoza necesita una
Universidad así.
Incorporo la nota casi completa, y el
link para que puedan consultarla:
Una veintena de ex funcionarios
ocupan cargos en la UNCuyo
Algunos tienen cargos rentados y otros forman parte de los
consejos directivos o Superior, ad honorem.
Una veintena de ex funcionarios ocupan cargos en la
UNCuyoHugo Duch, Alejandro Gullé, Claudia García y Ernesto Espeche.
Por Daniel Peralta – dperalta@losandes.com.ar
Contrariamente a lo que se cree, en la Universidad Nacional
de Cuyo se hace mucha política. Los ciudadanos de a pie suelen creer que la
pasión por la rosca no encaja con la reflexión académica, pero nada más lejos
de la realidad. Hay grupos que se alían de acuerdo a intereses más o menos concretos
para construir candidaturas a los decanatos de las facultades y en el
rectorado; es decir, hay rosca.
Para el observador avezado es fácil reconocer los nombres
que aparecen no sólo en cargos ejecutivos, sino también en los consejos
directivos de las facultades y el Consejo Superior del rectorado. Nombres que
tuvieron o tienen participación política afuera de la UNCuyo. Todos despuntan
el vicio de hacer política y conquistar un poder no menor: el de la universidad
más grande de Mendoza.
De entrada, en la misma cabeza de la casa de estudios está
Daniel Pizzi, quien fuera subsecretario de Agricultura en el gobierno de Julio
Cobos. El rector no es un poblador habitual de los comités radicales ni un
militante en el sentido clásico, pero sí es un profesional con el corazón
cercano al partido de Leandro Alem.
Entre los colaboradores de Pizzi hay algunos nombres ligados
al radicalismo. El más obvio por lo reciente del pase es el de Guillermo Cruz,
quien era subsecretario de Industria y Comercio del gobierno de Alfredo Cornejo
y pasó a la UNCuyo en agosto de 2018, cuando Pizzi asumió su segundo mandato.
Otro profesional ligado a gestiones radicales es el actual
secretario Económico y de Servicios Héctor Smud, quien fue gerente de Pro
Mendoza en los gobiernos de Roberto Iglesias y Cobos.
En el Consejo Superior de la UNCuyo (todos los miembros son
ad honorem) están Hugo Duch, ex director de Escuelas de Felipe Llaver y Roberto
Iglesias, y el ex candidato a diputado nacional K Juan Carlos Aguiló.
Cómo representante de los graduados, en el Consejo Superior
aparece el actual director de Administración de Desarrollo Social del Gobierno,
Gustavo Montoya.
En las facultades
Hay facultades con más participación política que otras. Se
hace política en todas las unidades académicas, pero sólo algunas proyectan más
dirigentes a la arena política provincial.
Hay que recordar que todos los cargos electivos de la
universidad corresponden a la representación por claustro: hay docentes,
alumnos, egresados y personal no docente en los consejos Superior y directivos;
todos ejercen ad honorem.
Decanos y el rector se eligen por voto ponderado de todos
los claustros (“ponderado” significa que los votos de los alumnos -sin duda
mayoritarios- no valen lo mismo que los de los otros claustros).
Por este juego democrático es que siempre se hace política
en la UNCuyo; se rosquean alianzas entre grupos para alcanzar la conducción de
la universidad y de las facultades.
Sin embargo, hay algunos protagonistas de ese juego político
que han tenido o tienen experiencia fuera de allí.
El caso más llamativo se da en el Consejo Directivo de
Ciencias Económicas. Allí fue electo por los graduados el actual coordinador de
gabinete del Gobierno provincial Andrés Lombardi, quien además es el operador
de Alfredo Cornejo en el Comité Nacional de la UCR, que preside el gobernador
mendocino.
En el decanato de la Facultad de Ciencias Políticas y
Sociales hay una mujer que también se desempeñó en el gobierno de Cobos: se
trata de Claudia García, quien fue subsecretaria de Relaciones con la Comunidad
del entonces Ministerio de Justicia y Seguridad.
Hablando de alianzas entre grupos, el vicedecano de García
es Roberto Roitman, un profesional peronista que, durante un tiempo, en el
gobierno de Arturo Lafalla, fue director ejecutivo de Pro Mendoza y asesor ad
honorem del Ministerio de Economía, cuando el ministro era Carlos Rodríguez. En
2003 fue precandidato a gobernador bajo el paraguas protector de Adolfo
Rodríguez Saá, pero por intervención Juan Carlos Mazzón se bajó y apoyó la
candidatura de Guillermo Amstutz. Así se consolidaba el candidato de unidad del
peronismo para enfrentar a Cobos.
Entre los funcionarios de esa facultad se cuenta Alberto
Monetti, el denunciante del fraude de los tickets Vale Más durante el gobierno
de Julio Cobos. Es secretario de Relaciones Estudiantiles.
Yendo a los consejeros directivos (un equivalente al
directorio de una empresa, mientras que decano y vice serían como los
“gerentes”), hay dos nombres conocidos como consejeros docentes, a ambos lados
de la grieta. De un lado, la actual coordinadora general del Ministerio de
Economía, Infraestructura y Energía María Teresa Badui; del otro, el actual
concejal kirchnerista de Capital -y ex director de Radio Nacional con CFK-
Ernesto Espeche. Ambos son suplentes, es decir, van a las reuniones de consejo
cuando faltan alguno de los miembros plenos.
La facultad con más nombres “reconocidos” es la de Derecho.
En el Consejo Directivo de esa unidad académica, representando a docentes, está
el camarista federal Gustavo Castiñeira de Dios, quien también tuvo un cargo en
la gestión de Julio Cobos: fue subsecretario de Justicia. Entre los docentes
suplentes figuran el procurador de la Corte Alejandro Gullé y el secretario
electoral Luis Alfredo Puebla.
En el lote de los suplentes hay otro nombre que en épocas de
Cobos tuvo amplio protagonismo: Luis Horacio Cuervo, quien fuera el conjuez que
intervino en la pelea por la indexación salarial de los jueces. Curiosidades:
en caso de ausencias puede que Cuervo y Castiñeira de Dios se sienten en el
Consejo, cuando en aquellos años vivieron momentos de tensión, porque
Castiñeira rechazaba la indexación de los salarios de los jueces.
Otro nombre conocido de la gestión provincial es el de
Roberto Grillo, que representa a los docentes adjuntos de esa facultad. Fue
ministro de Justicia y Seguridad de Cobos y debió renunciar a su cargo por una
ola de homicidios, particularmente el de la docente Claudia Oroná.
Entre los consejeros suplentes de los egresados está la
subdirectora de Derechos Humanos de la Suprema Corte Eleonora Lamm (área que
depende del supremo Omar Palermo, uno de los jueces más combatidos por el
gobernador Alfredo Cornejo). Y otra consejera egresada suplente es la
secretaria Legislativa de la Cámara de Diputados de Mendoza, Carolina Lettry.
Lo elegí porque es
muy adecuado para los momentos que vive Argentina; una desmentida a que no
somos competitivos por el sistema laboral. Tenemos muchas desventajas, pero no
compremos modelos que nos destruyen socialmente.
Por Carolina Potocar
La historia de Blue
Star Group, la empresa dueña de las cadenas Todo Moda e Isadora que cree que
ganarle a China en competitividad es posible.
De poseer un comercio a ser empleado en una fábrica o dueño
de otra. Durante una primera etapa de su vida, Carlos Castelli representó al
estereotipo de argentino que puede mudar su ocupación una infinidad de veces si
eso es lo que requiere sobrevivir a los vaivenes de la economía local. Sin
embargo, esa vida tendría, sin que él lo supiera, una fecha de vencimiento: el
4 de abril de 1995. Ese día, Castelli inauguraría la versión reconvertida en
minorista de su negocio de venta de accesorios de moda al por mayor; el mismo
día en el que Martín Castelli, su hijo, cumplía 18 años.
Así nació lo que Castelli padre fundó como Todo Moda, una
empresa que luego sus hijos convertirían, luego de crear la marca Isadora, en
Blue Star Group (BSG): la compañía de accesorios de moda líder en América
latina, con 730 tiendas repartidas en países como México, Argentina, Perú,
Chile y hasta Vietnam, un negocio que al día de hoy factura U$S 300 millones al
año y emplea a 4.500 personas.
“Siempre ayudaba a mi padre en lo que podía, pero ese 4 de
abril fue que, junto a mis dos hermanas, empezamos a trabajar en serio en
conjunto”, recuerda Martín Castelli, hoy Vicepresidente de BSG, en diálogo con
Apertura.com.
Afectado por los difíciles momentos que vio atravesar a su
padre, quien les aseguraba a él y sus hermanas que “si tenía que manejar un
taxi para pagarles el colegio lo iba a hacer”, el ingeniero en sistemas se
formó para, llegado el momento de poder trabajar en la empresa familiar, no
repetir errores. “Me di cuenta que mi padre se había fundido en varias
oportunidades, además de por el contexto de crisis, por no llevar un control de
su negocio”, revela Castelli.
Para el VP, fue justamente la mixtura entre todo el
aprendizaje heredado por su padre y los valores transmitidos por su madre los
que ayudaron a los hermanos a delinear la identidad que define a la compañía
hoy en día. “Mi padre nos enseñó sobre esfuerzo, compromiso y experiencia,
mientras que mi madre nos contagió el chip de la importancia del estudio y el
profesionalismo”, comenta.
A la hora de analizar cómo es que el negocio pasó de constar
de un solo local a competirle a las cadenas más grandes del mundo (Claire’s, de
origen estadounidense, tiene 2.900 tiendas, y Accesorize, de origen inglés,
unas 1.300), Castelli sostiene: “Como para toda pyme, el proceso es duro,
requiere esfuerzo y pasión, lo que se traduce en jornadas de 14 horas, sin
fines de semana ni vacaciones. Luego, se trata de encontrar tus ventajas
competitivas, potenciarlas, y cuidarse de los errores”.
En ese sentido, el hoy ejecutivo asegura que una de las
cualidades de BSG fue “tener siempre una estrategia clara y un plan de
ejecución prolijo enmarcados en una visión a mediano y largo plazo”. “Así fue
como en años como el 2001, donde todo explotó, nosotros crecimos un montón y
hasta abrimos en los shoppings”, agrega.
Parte de esa estrategia fue detectar la necesidad de cubrir
un segmento para una mujer algo mayor y con mejores ingresos, gracias a la cual
en 2003 nació Isadora. “Cuando comenzó fue una prueba, pero terminó siendo un
éxito”, confiesa Castelli, quien además revela que entre los experimentos de su
padre hubo desde cadenas de peluquerías hasta casas de té.
Hoy, BSG se desarrolla en distintas categorías, pero
mantiene fuerte su core: la bijouterie y los accesorios para el cabello. De
toda su producción, el 45 por ciento es importada; el resto es producción local
propia o de proveedores.
“Principalmente nuestra fábrica lo que hace es medias,
remeras, marroquinería, productos para el cabello, algunos productos menores de
regalería, cosas pequeñas”, detalla el ingeniero. Además de su planta
productiva, BSG tiene en Argentina a su casa matriz, la cual emplea a 200
personas y les brinda un servicio a todos los países en los que hay sucursales
de Todo Moda o Isadora.
“En cada país hay una sociedad local que es la que opera
allí. Todos los países se abastecen de los mejores orígenes de mercadería, como
ocurre con todos los players. Desde Claire’s y Accesorize, hasta Forever 21 y
H&M; todos se abastecen en Oriente, y nosotros también, con la salvedad de
que en Argentina tenemos las fábricas al máximo potencial, a triple turno,
porque tenemos ventajas con respecto a China por el tema del capital de
trabajo”, resalta el VP.
Al respecto, explica:
“En Argentina nuestras fábricas no pueden competir con China en costo, pero
como podemos preparar la mercadería, que se está vendiendo muy bien, mandarla a
la tienda y que ya comience a generar cash-flow, obtenemos financiación para
las telas, para los sueldos que se pagan a mes vencido, y en términos de
capital de trabajo o retorno sobre la inversión, la fábrica empieza a cobrar
los productos que produce antes de pagarlos. Entonces eso de hecho es una
ventaja competitiva que puede tener cualquier fábrica en la Argentina”.
HEMOS DEJADO DE SER UN PAÍS CON UNA GRAN CLASE MEDIA
Como ya lo he dicho antes en este blog, durante muchos años se nos reconoció en América Latina porque aquí existía una clase media, cosa que no pasaba en los otros países. Era casi un lugar común, que he escuchado y dicho con orgullo.
Este informe del Instituto de Pensamientos y Políticas Públicas (IPYPP) (un centro de estudios, investigación y formación perteneciente al Instrumento Electoral por la Unidad Popular (UP)), establece que esto ha cambiado.
He subrayado en la síntesis del informe las cifras que determinan esta dura realidad.
Creo que una gran parte de la derrota del macrismo en las PASO tiene que ver con eso. Esa clase media apoyó a Cambiemos en las elecciones anteriores; además, fue el blanco de las estrategias comunicacionales del Gobierno, tanto en los medios como en las redes. No es parte del núcleo duro macrista anti peronista, aunque están más cerca de él que del peronista. Sin embargo, evaluaron correctamente la realidad: el Gobierno de Macri ha destruido gran parte de lo que le daba calidad de vida, y acceso a una mejor salud, salud, confortabilidad que la que tiene ahora.
Es claro que el Gobierno está tratando –con poca convicción- de hacerles creer que las cosas están mejor, y que finalmente aparece la luz al final del túnel. Me cuesta creer que eso sucederá, sobre todo después del golpe inflacionario que significa la devaluación post PASO (que el Gobierno quiso endosar a la oposición triunfante sin asumir su obvia responsabilidad).
Cualquiera sabe que las suspensiones de aumentos de los servicios, y otras tenues medidas paliativas, terminarán con las elecciones, y después volveremos a la dura realidad que venimos viviendo los argentinos. Acaba de decir: “Seguiremos teniendo la misma política que hemos tenido”, respondió Macrí cuando le preguntaron cómo planeaba bajar la inflación y advirtió que no hará nuevos cambios en el gabinete.
Es más, todavía no sabemos cómo seguirán esas medidas: las petroleras no aceptan el congelamiento del precio de los combustibles, las Provincias, tampoco. Ya Macri cedió con las retenciones al campo, y está por venir una misión del FMI para entrevistarse con el Gobierno y la oposición.
De todos modos, creo –como muchos en Argentina y afuera- que Macri está derrotado, aunque formalmente falten instancias electorales. Leo en un tuit de Marcelo Zlotogwiazda: “Concluye Fernando Laborda en una columna en La Nación titulada ¿Un resultado irreversible para Macri?
“Conclusión: Macri debería necesitar una suerte de carambola perfecta para llegar al ballotage en un contexto económico que no lo favorece”.
Por lo tanto, pienso que debemos concentrarnos en la manera en que recuperaremos esa riqueza social que nos distinguió y que nos permitió desarrollarnos armónicamente.
Recuerdo que vivía en la calle San Martín de Las Heras (desde 1946 hasta fines de los ’70). Había empleados diversos, un albañil, un suboficial de la Fuerza Aérea, todos con casa propia, no había autos, los niños íbamos a la escuela pública, y son todavía mis amigos.
Era un barrio de clase media, en épocas en que las villas y los barrios cerrados no eran las dos caras de la exclusión.
Es obvio que no voy a plantear retornos a épocas doradas que ya no existen, pero sí la necesidad de desarrollar estrategias políticas que procuren una sociedad que ofrezca oportunidades equivalentes para todos/as los/las que vivimos en ella.
TENDREMOS UNA NUEVA OPORTUNIDAD DE MEJORAR LA SOCIEDAD ARGENTINA, NO LA DESAPROVECHEMOS NI EN LAS URNAS, NI EN LA RECUPERACIÓN POSTERIOR DE UNA CLASE MEDIA QUE NOS PERMITA UNA VIDA DE MAYOR CALIDAD.
Argentina después de Macri: 2.700.000 personas dejaron de pertenecer a la clase media
Informe Aproximación a la Estructura Social de la Argentina actual, Argentina después de Macri, elaborado por Ana Rameri y Claudio Lozano.
Este material fue elaborado en base a una estratificación que toma en cuenta el ingreso de los hogares y la capacidad de acceso a los distintos umbrales de consumo.
Para Lozano, “la observación de esta estratificación, en base a la información que el INDEC provee para el primer trimestre del 2019, indica que, más allá de rasgos culturales construidos a lo largo de la historia, desde la perspectiva de los ingresos la Argentina clasemediera no domina ya el paisaje social de nuestro país. La información disponible permite concluir que el 57,4% de la población se encuentra en situación de vulnerabilidad social que va, desde la fragilidad de ingresos hasta la indigencia. Se trata de 25,7 millones de personas que viven en hogares con consumos por debajo de lo socialmente aceptable. De ese total el 60% son pobres y el 40% restante transita entre la vulnerabilidad y la fragilidad de ingresos.
El trabajo incorpora también una comparación entre la estratificación social actual y los vigentes cuatro años atrás en el primer trimestre del 2015. Los resultados son contundentes y arrojan elementos importantes para analizar las recientes elecciones. Al hacer la comparación surge con nitidez no sólo el aumento de la indigencia (más de 600.000 personas) y de la pobreza (más de 2.300.000 personas), sino también: el aporte significativo que a dichos incrementos hace el derrumbe de los estratos medios de la población. En el período Macri- Cambiemos los sectores medios pasan de representar el 43,5% de la población a significar el 37,4%. Considerando la evolución demográfica se puede concluir que más de 2.700.000 personas dejaron de pertenecer a los estratos medios de la población. De ese total, el 71,6% (más de 1.900.000 personas) pasa a engrosar el estrato de pobres no indigentes, el 17,8% (más de 490.000 personas) pasan del estrato medio a la indigencia, el 3,7% (más de 86.000 habitantes) se suma a la población vulnerable y el 0,2% (5.600 personas) se sumaron a la población con fragilidad de ingresos. Solo el 7,4% (unas 200.000 personas) vivieron un proceso de movilidad social ascendente y pasaron a ser parte de los sectores acomodados. En suma, en los cuatro años de la gestión de Macri y el mejor equipo de los últimos cincuenta años, 2.557.580 personas que formaban parte de la clase media de nuestro país vieron derrumbarse sus condiciones de vida”.
La actualidad de Argentina y el Mundo, Noticias vistas desde Mendoza por el Profesor Adolfo Ariza. Realidad, Información y Medios de Prensa en notas con una mirada local y abierta.
Profesor y Licenciado en Literatura. Coordinador Área de Vinculación – Secretaría Desarrollo Institucional – UNCuyo entre 2008 y 2014 (Desarrollo Emprendedor). Responsable de Kusca Gestión Colaborativa para Empresas.
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